Cosas poco comunes suceden en nuestro país, pero la acontecida en Palacio Nacional no se sabe si causa risa o preocupación… o ambas.
El gobernador de Michoacán se apostó en las puertas de Palacio Nacional, en la Ciudad de México, para solicitar audiencia con el presidente López Obrador, pero el Mandatario se negó a recibirlo y lo bateó a la Fiscalía General de la República, donde dijo que lo ayudarían.
Para recibir un no del jefe del Ejecutivo tuvieron que pasar 4 horas, mismas que Silvano Aureoles Conejo soportó estoicamente sentado en un banquito de plástico que le prestaron.
El asunto que quería tratar personalmente el gobernador era entregarle en propia mano pruebas de que los amos y señores del narcotráfico intervinieron en las votaciones celebradas recientemente, acusación grave, que de ser comprobada las elecciones en este Estado podrían anularse.
Andrés Manuel López Obrador, con esta inesperada reacción, abre otro frente de batalla y que no siempre podrá ganar. Con éste y con varios gobernadores más ha tenido sus encontronazos, aunque después lo intenta remediar, como con los gobernadores de Chihuahua y Jalisco, a quienes la víspera sí los recibió, como así lo hará con el mandatario electo de Nuevo León, Samuel García, a quien sí le dará audiencia en breve, ya que en propias palabras de AMLO “las autoridades enfrentadas, confrontadas, peleadas, pues no significa beneficio para el pueblo que es lo que debe de importarnos siempre”, pero por lo que se ve, una cosa es la que dice y otra la que hace.
El problema que está a punto de estallar no es poca cosa, es la demostración de que Michoacán es un narcoestado, lo que perjudica enormemente a su población que vive con miedo, pues teme que le sucedan cosas malas, como las de Reynosa, Tamaulipas, donde narcos sin ninguna consideración acribillaron víctimas inocentes nada más porque estuvieron en el lugar y momento equivocados.
Así las cosas, Andrés Manuel López Obrador se perdió la oportunidad de tener el pulso de lo que acontece en el país en propia mano, así que después que no quiera tapar un hoyo haciendo un socavón, como el localizado en Puebla.
Éste es un hecho sin precedente y el mandatario de Michoacán se regresó por sus propios medios tras cuatro horas de plantón porque su Presidente, el de todos los mexicanos, se encuentra en modo de negación cuando la gente no piensa como él. Ya tendrá otra oportunidad, comentó Aureoles Conejo, quien se fue con todas las pruebas, con los nombres y apellidos que quería entregar, pero pues él cumple.
Claro que hay diferencias, como lo reconoció el propio presidente López Obrador, pero se tienen que abrir puntos de coincidencia para el beneficio de ellos y de la población, que es la más importante en este juego de vencidas que en teoría nadie quiere perder.