El horror llegó a Aguascalientes: una familia compuesta por papá, mamá y su pequeño hijo, quienes tenían reporte de extravío, fueron localizados en Zacatecas, pero descuartizados.
Esto quiere decir que el tentáculo de violencia que azota a la Entidad zacatecana ya alcanzó a la nuestra. Esta familia, vecina de nuestra ciudad, ingresa a la extensa lista de víctimas cuya muerte no se puede explicar.
Este baño de sangre sinsentido tiene de rehén a prácticamente todo el país, de frontera a frontera, y aunque lo que sucede en Zacatecas no es nuevo, en esta ocasión toca fibras sensibles porque este horrendo crimen afectó a esta familia y, lo que es peor, a un bebé que sufrió lo indecible en manos de gente de mente retorcida y enferma, porque de otra manera no se puede explicar que el niño haya sido desmembrado.
Los padres deben haber sentido el terror de saberse en manos de gente que sin piedad también les arrebató la vida. Cuánta angustia han de haber vivido al saber que no podían proteger al ser que más amaban, su hijo.
Por supuesto que este triple crimen no debe quedar así, alguien tiene que hacer algo, no es posible que un día salgas de tu casa y ya no regreses porque a un grupo de malandros se le ocurrió que matar inocentes se está volviendo un deporte nacional.
En Zacatecas, pero también en Aguascalientes, sus autoridades deben esclarecer este hecho que ha logrado sacudir conciencias y despertar el miedo, y no es posible salir con inquietud a la calle, con temor de ya no regresar más; también surge una pregunta: ¿en qué momento normalizamos la violencia que cada vez nos sorprendemos menos con este tipo de noticias?
Hace apenas unos días hablábamos en este mismo espacio que el gobernador zacatecano lanzó un grito de ayuda al Presidente, pues reconoce que la delincuencia organizada ya rebasó a todas las corporaciones. Y para muestra, el rosario de crímenes que ha sufrido ese Estado.
Lo que veíamos que pasaba en Entidades vecinas como Zacatecas, Jalisco y Guanajuato ya también alcanzó a Aguascalientes, que por su parte en los últimos tiempos ha registrado tragedias y actos de violencia que nos han puesto a todos en alerta; ejemplos hay muchos: suicidios, incluso de niños, ejecuciones, feminicidios y todo lo que se le ocurra también pasa aquí.
Y luego nos asombramos por la aparición de autodefensas, como la que surgió apenas este fin de semana en Chiapas, porque sus habitantes ya están hartos de la delincuencia común y de la organizada, por lo que de plano decidieron tomar las armas para buscar justicia por sus propias manos.
Eso es lo que los ciudadanos de cualquier parte del país deben pensar: si nuestras autoridades no nos cuidan, lo tendremos que hacer nosotros.
Ya basta de abrazos, señor Presidente, porque el único abrazo que cabe en este momento es el de condolencias y eso no se vale.