La subasta que se hizo para rematar la montaña rusa adquirida hace dos sexenios estuvo amañada, pues se favoreció a una empresa chatarrera en la que presuntamente están asociados altos funcionarios del Gobierno del Estado, denunciaron participantes en la licitación que decidieron retirar su propuesta al saber que ya estaba “arreglada” la venta.
No es casual, explicaron, que de 26 concursantes en la licitación, la mayoría haya desistido previo a la apertura de las propuestas y que sin dar a conocer las posturas económicas se haya asignado el juego mecánico a la empresa Majose Recicladora, la que presuntamente está ligada a altos funcionarios del Gobierno estatal.
Si bien es cierto que la mayoría de las empresas que se retiraron de la licitación lo hizo porque se dio cuenta de que los fierros viejos de la montaña rusa, también conocida como “Tsunami”, no pueden ser reciclados porque se trata de material que ya había sido procesado para fabricar el juego mecánico, otros grupos que se interesaron en adquirirlos decidieron retirarse al saber que el material subastado ya estaba comprometido.
Los denunciantes del presunto “amaño” señalaron que no es casual que las toneladas de fierro que se remataron en poco más de nueve millones de pesos, cuando que su costo original superó los 12 millones de pesos y luego se invirtieron varios millones de pesos más en su instalación y operación fallida, se le hayan asignado a una empresa que supuestamente está bien relacionada con las principales autoridades del Gobierno estatal y que fueron las que decidieron su asignación, violando las bases del proceso de la licitación pública.
Varias de las empresas que presentaron en tiempo su propuesta económica para tratar de adquirir el bien rematado, terminaron por retirarla antes de que se llegara a la etapa respectiva debido a que se sabía que presuntamente los fierros de la montaña rusa adquirida por el Gobierno de Luis Armando Reynoso Femat ya tenían dueño, porque “al parecer ya se había dado la orden del Gobierno para que el fallo saliera a favor de la referida compañía recicladora”.
“El problema no es tanto que se haya favorecido a la chatarrera que pagó más de lo que en realidad valen los fierros, sino que se incurra en engaños en este tipo de procesos que se prestan a muchas irregularidades y en los que se deja de lado la transparencia y la legalidad”, mencionó uno de los empresarios que participó en la licitación y que decidió retirarse “al ver la forma en la que se manejan las autoridades”.