En sólo tres años se han registrado en Aguascalientes 379 homicidios, de acuerdo con estadísticas del Inegi, lo que pone a la Entidad en una zona de enorme violencia.
Ya lo vimos apenas el pasado fin de semana, cuando en pleno centro de la ciudad se cometió el asesinato de un joven a la vista de decenas de personas, el cual quedó grabado en video; el autor resultó ser un adolescente de sólo 16 años, pero que ya portaba el arma mortal.
Desgraciadamente no es el único caso de alto impacto registrado en Aguascalientes, han sido decenas de muertes sin sentido, la mayoría de ellas, pero que nos ponen como Entidad en una situación comprometida.
Las autoridades, en muchos de los casos, no han podido resolver todos estos crímenes por las razones que sean, pero también es cierto que han detenido a muchos asesinos que se supone que están cursando sus condenas o que están encerrados mientras no haya un juez benevolente que los deje en libertad.
Cierto, no todo es responsabilidad de la autoridad, sino del entorno de violencia que se gesta desde el seno familiar, pues cómo se explica que un joven de 16 años salga a las calles portando un cuchillo que obviamente no usará para partir naranjas. Ahí, en casa, se empieza a formar la violencia que tarde o temprano afecta a toda la sociedad.
¿Causas? Falta la educación en casa, valores y ejemplos, pues tampoco es de soslayar que Aguascalientes también figura con una alta tasa de violencia hogareña, y las golpizas que se dan entre familias se replican con el tiempo a otros miembros que no pueden romper esos moldes; además, para variar, nuestra Entidad también figura como una de las que más llamadas tiene al servicio de emergencias 911 por cuestiones de violencia doméstica.
Y lamentablemente el mismo problema enfrenta prácticamente todo el país, bañado en sangre un día sí y al otro también, y Aguascalientes no es la excepción. Sólo basta voltear la vista a cualquier punto cardinal para ver lo que ocurre en Estados vecinos, como lo hemos comentado con anterioridad.
Espeluznante lo que pasa en Guanajuato, donde ayer una familia fue acribillada a plena luz del día, siendo víctima también un niño de sólo 4 años de edad; Zacatecas, con un baño de sangre ya más que narrado.
México tiene, según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, la friolera de 36,579 asesinatos, más lo que se acumule esta semana, la más alta en 31 años, que es cuando inició el registro.
Gobiernos van, gobiernos vienen, de todos los partidos, y la violencia sigue incontrolable, ya sea con el uso de la fuerza pública, la guerra contra los cárteles, la militarización o de plano con abrazos y no balazos, pero no se ven resultados, y las cifras no mienten.