Advierte la CROM que tras la medida impuesta por el Gobierno federal para establecer topes máximos al precio del gas LP, podría generarse el desempleo de miles de trabajadores que laboran en las empresas intermediarias, así como el deterioro de sus ingresos. La venta de Gas Bienestar, a cargo del propio Gobierno, distorsiona el mercado, propiciando que a mediano plazo México tenga que vender más caro el combustible, porque la dependencia del exterior no se acabará de la noche a la mañana, declaró Jesús Enrique Ramírez Pérez, líder de la Fagea-CROM.
El líder sindical dijo que ni el Gobierno federal ni los corporativos de las empresas intermediarias en la distribución y venta de gas estaban preparados para adoptar una medida de control de precios, situación que ahora los trabajadores están padeciendo.
Por un lado, el Gobierno federal le apuesta a una política restrictiva en los precios del combustible, cuando los principales factores que determinan el aumento de descenso del precio son de carácter internacional. “México no produce todo el gas que consume, por ende, tiene que importar y está sujeto al mercado internacional que fija precios de acuerdo a muchos factores, entre ellos, la demanda”, y por otro lado, la venta de Gas Bienestar, a cargo del propio Gobierno, distorsiona el mercado, propiciando que se tenga que vender más caro el combustible.
El Presidente de la República se pronunció por el ajuste a la baja del precio de gas, pero no a costa de afectar intereses y el empleo que generan los intermediarios.
Ciertamente, dijo Jesús Ramírez, es un tema que tendrán que solucionar en la mesa todas las partes, para dar a los mexicanos el gas LP que demanda en condiciones de precio, calidad y oportunidad que abonen a la competitividad del país.