Tras denunciar una serie de violaciones a los derechos del personal de salud al amparo de la pandemia de Covid-19, la enfermera Francisca Rodríguez Escobedo demandó la intervención de las autoridades para que cese el hostigamiento y sean revisados los casos de los trabajadores de los hospitales que han sido despedidos injustificadamente y con acciones de mala fe por los directivos del Hospital General de Rincón de Romos.
Exhibiendo las pruebas de los atropellos laborales de que ha sido objeto, incluyendo el despido por haberse negado a atender un cambio al área Covid del Hospital Hidalgo por tener factores de riesgo (asma e hipertensión arterial), la denunciante aseguró que no sólo se hostiga al personal, sino que también se le están suspendiendo sus derechos laborales, sin que la representación sindical intervenga para frenar esos abusos contra los trabajadores.
“Todavía de que fui infectada se me levantaron actas por supuesta indisciplina o rebeldía, y para colmo de males se me despidió del servicio, hechos por los cuales procedí ante las instancias competentes para solicitar mi inmediata reinstalación laboral, y también presenté una demanda penal contra quien resulte responsable, debido a que se me puso en riesgo con la afectación de mi salud”, señaló al exponer su caso y que, dijo, es uno de los muchos que lamentablemente se están dando en contra del personal al que tienen atemorizado con aplicarle la misma medida del despido.
Las autoridades se han valido de la pandemia para violentar los derechos del personal del Hospital General de Rincón de Romos y quizá de los demás hospitales, por lo que “yo le pido al gobernador y al doctor Piza que analicen mi situación y lo que está sucediendo con la actitud cerrada y autoritaria en la que están incurriendo los directivos del hospital”.
La enfermera Francisca Rodríguez, tras calificar de injusto y totalmente doloso su despido, “puesto que no tengo mancha alguna en mi expediente durante los 24 años de servicio”, advirtió que el director del Hospital General de Rincón de Romos, Ildefonso Martínez Aldana, y la subdirectora del mismo son los responsables no sólo de su separación del servicio, sino del pésimo ambiente laboral que prevalece en el hospital por sus decisiones autoritarias, valiéndose de la inanición de la representación sindical.
“Yo en ningún momento me he rebelado contra ninguna autoridad y contra ninguna de sus decisiones, sólo que por mi condición de salud me opuse a ser enviada a un área de mucho más riesgo y de eso se valieron para hacer acusaciones dolosas en mi contra y para levantarme actas administrativas para justificar el despido en mi contra, que es a todas luces injustificado”, concluyó.