Manifestantes antivacunas acudieron a la calle Madero con pancartas para expresar su inconformidad por la aplicación del biológico contra el coronavirus, pues dijeron estar en contra de que se convierta en un requisito obligatorio para diversos trámites.
Los inconformes con la aplicación de la vacuna para frenar la pandemia exhibieron cartulinas con leyendas como: “Hay problemas con el uso del cubrebocas de manera prolongada”, “Daños psicológicos con la pandemia deberían de cuestionarse”, “No a las vacunas obligatorias por el Gobierno”.
Los escasos participantes de la protesta se colocaron por periodos en el semáforo de la plaza principal que se encuentra sobre la calle Madero, para dar a conocer su mensaje tanto a los transeúntes como a los conductores. Así, en plena tercera ola de contagios todavía hay quienes se oponen a la vacuna y surgen movimientos para desacreditar algunas de las medidas para controlar la pandemia.
En México sorprende que cada año más personas se unan al movimiento antivacuna a pesar de tener la medicina a su alcance, lo que se ha traducido en el resurgimiento de enfermedades que se creían erradicadas en países desarrollados, como el sarampión.
Las vacunas son probablemente el mayor avance contra las enfermedades en la historia de la humanidad. No es una opinión -asegura la Organización Mundial de la Salud– que evitan entre dos y tres millones de muertes cada año; sin embargo, al no llegar a todo el mundo, dos millones de personas fallecen anualmente por patologías prevenibles. La poliomielitis, un mal que ocasiona terribles secuelas, está cerca de ser erradicada gracias a la inmunización, que también ha logrado rebajar la mortalidad del sarampión un 74% en sólo una década, de 2000 a 2010.