Entre aglomeramientos, falta de insumos, incertidumbre y opiniones encontradas se dio el regreso a clases presenciales después de 17 meses por el coronavirus.
El día esperado llegó, los niños y adolescentes esperaban ansiosos desde muy temprano afuera de sus escuelas, y con la mirada fija sólo querían que las grandes rejas se abrieran; por otra parte, y aunque en algunos lugares se les advirtió a los padres de familia que no se acercaran, estaban ahí, expectantes y temerosos.
La señora Mary, del fraccionamiento Morelos I, manifestó que tenía miedo, le preocupaba su hijo, quien asistía por primera vez a la secundaria, pero que con miedo y todo su muchacho necesitaba aprender, además lo veía muy contento y emocionado: “No le puedo prohibir esta experiencia”, dijo, mientras desde una orilla le “echaba la bendición”.
Además de los ruidos normales que siempre genera el caos vehicular afuera de las zonas escolares, y que por cierto hace más de un año que no se escuchaba, ahora estaba el de las maestras encargadas de salir y poner orden entre los niños de primaria, ya que cada uno andaba por su lado; lo mismo pasó con los de secundaria, pues aunque sueñan con ser independientes necesitaron del arropo de sus papás.
Cristopher, estudiante de segundo año de secundaria, nos mencionó que para él apenas sería el primer día que pisaría esa escuela. “Yo empecé la secu en mi casa, no quiero que mi papá se vaya, no conozco a nadie, aunque sí estoy emocionado; me siento como si fuera a primero”, nos comentó entre nervios y risas.
Con el fin de evitar amontonamiento en las entradas, Javier Colmenares, padre de familia, manifestó que llegaron a la Escuela Secundaria Técnica #5 con 15 minutos de antelación y, en efecto, la escuela abrió en el horario pactado, pero ya cuando habían llegado todos los alumnos, eso propició a que se amontonaran y se perdieran los protocolos, por lo que pidió que se abriera con tiempo y que los alumnos fueran entrando de forma gradual.
Finalmente, el director general del Instituto de Educación, Ulises Reyes Esparza, mencionó que se dio el paso: “Iniciamos un ciclo exitoso, es momento de cerrar filas por la educación y sabemos que hay inquietudes y temores, pero no se puede continuar paralizados; ahora el llamado a los padres de familia es a que envíen a sus hijos a las escuelas, que tengan la certeza de que están más seguros en los planteles educativos que en otros espacios”.