Imposible no abordar el problema: hoy es el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, un tema de salud pública que es flagelo para Aguascalientes por la gran cantidad de casos que nadie ha podido detener y que hoy por hoy nos coloca como la segunda Entidad, en todo el país, por el número de incidentes de este tipo.
Hoy en este Diario se dan a conocer cifras escalofriantes: en diez años se han consumado casi 1,500 suicidios, un dato que debería preocupar, pero sobre todo ocupar a las autoridades, quienes poco o nada han podido hacer para contener este problema.
Según especialistas en salud mental, las instituciones han quedado a deber, aunque debemos admitir que el suicidio es una decisión personal y que nada ni nadie puede detectarlo a tiempo, pues si así fuera no habría tantos casos, lamentables todos.
Conforme pasan los años y la cifra de suicidios se dispara se han ofrecido alternativas, ya sea oficiales o de particulares, pero obviamente no se han tenido resultados favorables.
Absolutamente nadie ha encontrado el remedio a este fenómeno que crece desproporcionadamente, y cuando se empezaban a ver resultados, gracias al trabajo y experiencia de personal altamente preparado que llevaba las riendas del Centro de Salud Mental Agua Clara, se sucumbió a la politiquería y el trabajo de varios años se vino abajo, en perjuicio del paciente.
Las cosas no han cambiado, lamentablemente, y aunque se han ofrecido alternativas no han sido suficientes para contener este problema de salud pública.
Y para acabarla, con la llegada de la pandemia por Covid los casos han aumentado, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, pues todo lo que ha traído el gravísimo problema de la enfermedad, principalmente el miedo y el encierro, ha hecho que se hayan disparado los suicidios consumados y los intentos, ya que afortunadamente son muchos los que no logran su cometido al ser detectadas sus intenciones a tiempo, pero comprobado está que quien realmente lo quiere hacer, lo hace sin avisar.
¿Pero qué ocurre después del suicidio? Aparte de la pena, en muchos casos está la ruptura familiar, los sentimientos de culpa, pero sobre todo la impotencia de pensar que se hubiera podido evitar la tragedia.
Los métodos variopintos ni mencionarlos, pues el que se quiere matar lo va a hacer utilizando lo que tenga a la mano, y en su desesperación hará lo que sea para irse de este mundo.
Mucho se dice que quien se quita la vida es cobarde, o tal vez un valiente por tomar tan drástica decisión, pero atrás del suicidio hay un historial de problemas mentales incrementados, en muchos de los casos por la depresión, la ansiedad, el desempleo, el desamor, etc., pues ahora hasta un simple regaño puede ser motivo para quitarse la existencia, de ahí el problema en detener este flagelo.
¿Soluciones?, si las hubiera suponemos que ya se habría detenido este problema de salud pública, pero lamentablemente hombres y mujeres, desde personas de la tercera edad, adolescentes y hasta niños, seguirán incrementando esta penosa lista que coloca a Aguascalientes, otra vez, en el ojo público por su incapacidad para frenar este grave problema.