Frente al creciente problema del suicidio, la Iglesia católica lanzó un llamado a los padres de familia, maestros, instituciones educativas, autoridades de los tres niveles de gobierno, los propios sacerdotes y la comunidad general, a trabajar todos para que Aguascalientes vuelva a tener familias estables y sin tantas situaciones negativas que lamentar.
En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, el vocero del Obispado, Rogelio Pedroza, dijo que sin duda se tiene que trabajar fuertemente desde todos los ángulos para lograr la reconstrucción del tejido social, pues en la medida que se logre se podrá tener familias estables que arropen a los suyos, y por ende el suicidio no sea opción para nadie ante los múltiples problemas presentes en la sociedad.
Sin duda es un gran desafío para toda la sociedad, pero es preciso apoyar a las familias para que sus niños, adolescentes y jóvenes vean un futuro muy despejado y sin obscuridad, manifestó el sacerdote.
Por desgracia, frente a los problemas muchos creen que no existe otra salida, por lo que todas las instituciones tienen que trabajar en el combate efectivo al suicidio.
Obviamente, el suicidio es un tema muy doloroso para la comunidad en general, y en el caso particular de Aguascalientes tristemente ha golpeado muy fuerte.
Las causas de tan alarmante fenómeno social son muchas y muy complejas, desde la desintegración familiar, pues hace falta la figura paterna o materna y ello desencadena una serie de problemas.
También existen las complicaciones económicas, la nueva forma de ver la vida de muchas personas que parecería que no tienen grandes proyectos e ideales, y si a ello se le agrega las disfunciones familiares y personales el resultado es muy lamentable, concluyó el vocero.