El Sistema Estatal de Salud está “tronado” en Aguascalientes, al grado de que los servicios médicos de primero y segundo nivel no están garantizados para la población debido a la torpe decisión que tomaron las autoridades de gobierno para marginar al Estado del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), con lo que se dejó de recibir recursos y programas, lo que compromete la atención sobre todo de los grupos más vulnerables.
No sólo se dejó en el desamparo a más de 300 mil personas que estuvieron afiliadas a lo que fue el Seguro Popular, sino que al no adherirse al Insabi el Estado fue marginado de los apoyos financieros de la Federación para aumentar la infraestructura médica, hospitalaria y el equipamiento de las unidades a cargo del ISSEA.
En los hechos y pese a que en esta administración se inauguró el nuevo Hospital Hidalgo, cuya obra duró más de una década en ser concluida, la centenaria institución sigue operando prácticamente con la misma plantilla y casi con el mismo equipo que se tenía en el antiguo edificio de Galeana, por lo que esta unidad sigue teniendo los mismos problemas, aunque lo que lo saca a flote es el compromiso y la entrega de su plantilla de médicos, enfermeras, laboratoristas, cirujanos, trasplantólogos y demás especialistas.
“Estamos clasificados como hospital de tercer nivel o de especialidades, pero seguimos esperando el presupuesto que nos corresponde por tener esa categoría”, señaló su director, Armando Ramírez Loza.
Otra consecuencia de las malas decisiones que tomó el Gobierno lo constituye la “obra negra” en que desde hace más de 10 años se encuentra la construcción de lo que será el nuevo Hospital General de Pabellón de Arteaga, proyecto que ha avanzado con cuentagotas y que ni siquiera las mismas autoridades saben cuándo concluirá y menos cuándo se equipará y se pondrá en servicio para la población de los municipios del norte del Estado.
Además de la infraestructura y de las deficiencias con las que operan los hospitales, sea a causa de la saturación -como en el caso del Hospital de la Mujer y del Tercer Milenio, que ya se encuentran rebasados por la creciente demanda de servicios-; la calidad de los servicios que se brindan en esas unidades deja mucho que desear por el eterno problema del desabasto de medicamentos y otros insumos, al grado de que incluso en el mismo Hospital Hidalgo se sigue exigiendo que los familiares de los pacientes internados compren o consigan por fuera lo que se requiere para atenderlos.
“El hecho de que haya quizá tres, cuatro o más centros de salud nuevos en los últimos años, no garantiza en lo absoluto que la atención de los demandantes de consulta médica sea más ágil o eficiente, pues hay unidades que operan con plantillas incompletas porque no hay recurso para cubrir las plazas que se necesitan, pero lo más delicado es que se ha vuelto recurrente la falta de todo tipo de insumos a causa de la política fallida en materia de salud”, señalaron médicos al servicio del ISSEA.