El agua y el aceite definitivamente no están destinados a estar juntos, y el motivo es, en esta ocasión, una orden presidencial. Nos referimos a la coalición que hicieron los dirigentes de los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática, que surgió para enfrentar juntos las elecciones del próximo año, y que está a punto de naufragar.
Con ideologías totalmente diferentes decidieron unir sus esfuerzos para contener al partido del Presidente, MORENA, que de todas todas arrasó en el reciente proceso electoral, dejándole a los demás institutos políticos sólo migajas del pastel político.
Con un PRI totalmente desdibujado por la infinidad de escándalos de sus personajes más importantes, entre ellos varios ex-gobernadores; con un PRD que está en la lona tras irse la mayoría de sus militantes a MORENA tras el panal de miel que significa políticamente Andrés Manuel López Obrador, y un PAN que medio se defiende, pero que también está batallando por acusaciones de dados cargados hacia ciertos correligionarios, pero sobre todo por dos ex-mandatarios, Vicente Fox y Felipe Calderón, que están en abierto enfrentamiento con el actual mandatario se ve borrascoso el futuro para los tres partidos.
El motivo por el que pudiera concluir su ahora tersa relación es que de plano van por rumbos diferentes, y la reforma eléctrica que propone Andrés Manuel López Obrador está poniendo a prueba su alianza.
Pero el problema de fondo es que la mentada reforma eléctrica ha despertado reacciones encontradas, más bien, negativas, excepto del más cercano círculo de la 4T, pues voces autorizadas en el tema insisten en que más que beneficios esto traerá problemas, y los más graves afectarían directamente a la población, pues aseguran que habría constantes apagones, se perderían empleos y se afectaría la economía de las familias por un alza en los precios de la electricidad.
Pero lo verdaderamente preocupante es que parece que el Presidente no ve ni oye, y antes de continuar con el afán de convertir a la Comisión Federal de Electricidad en un monopolio debería realizar estudios técnicos que aseguren que hay viabilidad en el proyecto, pero ya sabemos que esto no va a ocurrir.
El PRI, ahora se sabe, se decanta por aceptar la propuesta del Presidente, lo que ha despertado la inconformidad de PAN y PRD porque se supone que están juntos para hacer frente a todo lo demás, pero con la postura que se da a conocer este día, el partido tricolor literalmente se deslinda de sus contrapartes, y dice su dirigente que a ellos nadie los presiona y que solitos pueden, lo que ya se verá en las urnas.
Esto despierta sospechas sobre si habrán llegado a un acuerdo en lo oscurito para darle luz verde al proyecto de reforma eléctrica del Presidente, lo que significaría debut y despedida de la, no tan, alianza.
Dicen que sobre advertencia no hay engaño, y más allá de la posible disolución de la coalición entre las fuerzas políticas lo verdaderamente importante es que no afecte, una vez más, el bolsillo de la población, porque no se lo merece.