Tras 5 meses de especulaciones y varios dictámenes, incluso realizados en el extranjero, se llegó a la conclusión de que el colapso de la Línea 12 del Metro ocurrió por graves errores en su construcción.
Evidentemente este resultado estaba más que cantado, pues especialistas de la iniciativa privada fueron los primeros en detectar que un accidente de esta naturaleza ocurrió por uno o varios errores humanos, lo que finalmente vino a costar la vida de 26 personas y lesiones en otras 100, y algunas tendrán secuelas para siempre.
Lo que se busca al dar el informe final es que quien tenga que hacerse responsable lo haga, pues si bien la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, ofreció indemnizaciones, esto no aplaca la ira de los familiares de los fallecidos, ya que saben que la catástrofe se pudo evitar si las autoridades correspondientes hubieran tomado las medidas pertinentes sobre la supervisión y mantenimiento de esta faraónica obra.
El dictamen que presentó la fiscal general de Justicia de la Ciudad de México advierte que se fincarán responsabilidades sobre empresas participantes en la construcción, pero también a los ex-funcionarios que estuvieron al frente, aunque existe la posibilidad de que los verdaderos responsables no pisen la cárcel, ya que también se afirmó que se dará prioridad a la reparación de los daños y a la atención de las víctimas, por lo que muchos se lavarán las manos, y conociendo cómo se las gastan en este país, al final los culpables serán los albañiles que construyeron la obra.
Ahora, a estas alturas, se pasan la bolita los diferentes gobiernos que han estado al frente de la Ciudad de México, y recordemos que si alguna responsabilidad tiene el ahora canciller Marcelo Ebrard, en automático le cerraría la posibilidad de ser eventualmente candidato a la Presidencia de la República que, por cierto, según lecturas políticas, se disputarían la nominación él y Claudia Sheinbaum que una tras otra ha recibido el espaldarazo del presidente López Obrador, pero esto es tema de otro análisis.
Por lo pronto, se espera que este dictamen calme un poco las aguas y que de verdad se hagan las cosas como se deben hacer, con materiales de calidad, con profesionistas especializados, pues lo barato, lo sabemos, sale caro, y en este caso dejemos el lado económico, estamos hablando de 26 familias que viven la tragedia por la negligencia de varias manos.
Aquí, en nuestro Estado, se está a tiempo de curarse en salud y que el alud de obras que se realizan por todos los puntos de la ciudad sean certificados a tiempo, monitoreados, que se les dé adecuado mantenimiento, que una negligencia como la que sucedió en la Ciudad de México no afecte a los habitantes de nuestra ciudad porque no sería un error, sino un crimen.