La incontenible ola de suicidios podría alcanzar su cresta en lo que resta del año, pues es en la temporada otoño-invierno cuando por diferentes factores se dispara la incidencia de muertes de este tipo, por lo que urge que se intensifiquen las acciones preventivas y la cobertura de servicios para contener esta “otra pandemia a la que no se le ha puesto la atención debida por parte de las autoridades de Salud”, manifestaron especialistas en salud mental.
Aunque parece ser que aún se está lejos de los 186 suicidios ocurridos el año pasado, puesto que hasta ayer sumaron 136 casos lamentables de este tipo, el riesgo de que nuevamente se rompa el récord funesto no se puede descartar, puesto que los meses de otoño e invierno son los más proclives a los suicidios, además también está la torpe decisión de las autoridades de Salud de otorgarle vacaciones a los psicoterapeutas y demás personal de las unidades especializadas en ese período.
De acuerdo con los especialistas en la materia, justo en los meses de otoño e invierno se dispara el riesgo y la incidencia de suicidios porque disminuyen los días de sol y ello influye directamente en los cambios hormonales y de neurotransmisores que pueden favorecer la depresión y, por otra parte, están también los factores socioeconómicos, porque muchas empresas hacen recorte de personal en estas fechas para no pagar aguinaldos, figurando también en este grupo el personal especializado, como es el caso de los psicoterapeutas de “Agua Clara” que pierden su trabajo al terminar el contrato laboral.
Aun cuando muchos trabajadores reciben sus mejores pagos en este tiempo, también es verdad que varios de ellos, por su falta de previsión, tienen grandes compromisos que solventar y sus bonos de invierno se desvanecen, y con ello viene la depresión, el estrés, la angustia y otros trastornos que los hacen sentir mal y llegar incluso a tomar decisiones fatales.
Es precisamente en la temporada de mayor riesgo cuando se despide a los empleados eventuales y los de base toman vacaciones, por lo que las personas vulnerables agudizan su problema y entonces toman decisiones lamentables y que no resuelven nada.