La delincuencia está desatada en todos los puntos del país y ya no parece nuevo este tipo de noticias que una vez más estremecen a la población.
50 segundos les bastaron a unos delincuentes para causar una tragedia al arrancar la vida de seis personas que se encontraban afuera de un bar, en la capital michoacana, pues de buenas a primeras aparecieron y sin decir agua va dispararon a diestra y siniestra, ataque, por cierto, que quedó grabado en video.
Para pronto las autoridades salieron a declarar que fue un ajuste de cuentas, pues es lo primero que se dice cuando hay un evento de este tipo, pero lo cierto es que posiblemente no todas las víctimas tengan que ver con actividades ilícitas, pues tal vez algunos de ellos sólo salieron a divertirse y encontraron la muerte sin deberla ni te merla.
Ahora fue en Morelia, un día antes un grupo de maleantes atacó un cortejo fúnebre en Guanajuato, para variar, y la víctima mortal en esta ocasión fue un niño de sólo 10 años que obviamente nada tenía que ver con un ajuste de cuentas.
Michoacán, Guanajuato, Zacatecas, Tamaulipas, pues por ejemplo en Matamoros el domingo a plena luz del día, familias completas huyeron despavoridas al quedar en medio del fuego cruzado entre maleantes y fuerzas del orden y que dio origen a una espectacular persecución, lo que provocó pánico y angustia entre la población civil.
El punto es que la violencia que sufre el país se vive fuera de casa pero también dentro de ella, pues es estremecedor el caso en el que un sujeto asesinó a sus dos niñas, su esposa y los padres de ésta, un crimen que no tiene lógica ni explicación, porque se supone que no se lastima a quien se ama, y si sus niñas no le importaron, menos los demás.
Aquí mismo, en el municipio de Calvillo, un drogadicto asesinó a golpes a su bebé de 2 años, tras darle una vida de verdadero infierno; y no vayamos tan lejos, Aguascalientes desafortunadamente no es la excepción, cierto, no se han registrado matanzas contra civiles, pero sí contra policías, cómo olvidar el ‘Jueves Negro’, aquel día que marcó un antes y un después en nuestra sociedad, cuando en el año 2007 un comando masacró a 4 elementos. De ahí en adelante nada volvió a ser igual.
Estas líneas no pretenden ser un recuento de tragedias, son para poner el dedo en la llaga porque cada vez es más frecuente que estos actos de barbarie ocurran, en cualquier punto del país, y que lamentablemente hayamos perdido la capacidad de asombro.
La violencia es un tema común para la sociedad mexicana que poco a poco se acostumbra a ver este nivel de sangre, pues nada, ni nadie, ha podido detener este asunto que ya es parte de nuestra cotidianidad.