El cáncer de mama se ha convertido en el azote para las mujeres de Aguascalientes, ya que se coloca como la primera causa de muerte en nuestra Entidad, por lo que viene a ser un motivo más de preocupación para esta atribulada sociedad.
Esta enfermedad, terrible desde el nombre, es de los padecimientos que de ser detectado a tiempo sería altamente posible su remisión, pero aunque usted no lo crea, todavía hay un gran aumento en los casos porque no es diagnosticado en tiempo y forma.
El cáncer de mama es, como pocos, uno de los más invasivos, y si no es detectado a tiempo causa metástasis, que es finalmente lo que viene a causar la muerte de los pacientes, y decimos ellos porque también hay hombres que lo padecen, aunque en menor proporción.
Teniendo un diagnóstico vienen los tratamientos, unos más radicales que otros, a veces bastarán las radiaciones, en algunos casos las quimioterapias, pero también una de las opciones es la mutilación de los senos, lo que viene a ser muy frecuente, con las consecuentes secuelas físicas y sobre todo psicológicas, pues es la pérdida de una parte del cuerpo.
Suena increíble, pero a estas alturas hay mujeres que nunca se han tocado para detectar alguna alteración en su cuerpo, y mucho menos se han realizado mastografías o ultrasonidos mamarios, tan necesarios como manera de prevención, y el no tocarse puede ocurrir por varios factores, entre ellos el propio desconocimiento del cuerpo, vergüenza, ignorancia, creer que eso le puede ocurrir a cualquiera menos a uno mismo, en fin, razones sobran, lamentablemente.
Las cifras suelen ser devastadoras, y las que presenta la Secretaría de Salud federal deberían preocupar y ocupar a los encargados de la salud, y a las mismas mujeres, para no ser parte de la estadística: Aguascalientes es de los Estados con mayor incidencia de casos y muertes entre la población femenil y que afecta en gran proporción a damas en edad fértil y productiva.
A nivel nacional las cosas pintan peor, pues sólo durante el año pasado murieron más de 97 mil personas por tumores malignos, de ellas casi 8 mil fueron por cáncer de mama, siendo 7 mil 822 mujeres y 58 hombres.
De ahí la insistencia de los encargados de Salud a nivel federal y estatal sobre la difusión de la autoexploración, ya que es la primera manera de poder detectar signos de alarma a tiempo y, en consecuencia, poner manos a la obra para que el proceso concluya de la mejor manera posible.
El cáncer, además, no tiene palabra de honor, por eso es que nunca hay que bajar la guardia y, literal, la solución está en las manos: tocarse, pues este simple hecho puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.