Hoy es una fecha de fiesta para todos, pues Aguascalientes celebra el 446 Aniversario de su Fundación, pero ¿tenemos motivos para celebrarlo?
Creemos que sí, pero tantos temas negativos están en la balanza que a veces es difícil imaginar un festejo cuando hay tantas carencias, tanta desorganización y por supuesto que las autoridades tienen mucho que ver, pero también nosotros, los ciudadanos.
No respetamos casi nada, pues, sólo por mencionar algunos ejemplos, se rayan las fachadas de las casas, se pelean por los lugares de estacionamiento, se pasan los semáforos en alto, se tira la basura en las calles, se desperdicia el agua y, lo que es peor, no se respeta a la gente.
Preocupa mucho y ocupa poco el asunto de la desbordada inseguridad y, aunque ya son una escena común las ejecuciones, muestra lo lacerada que está nuestra entidad y la apatía con la que la gente ve estos ya cotidianos sucesos, y lamentablemente la violencia poco a poco penetra en nuestra sociedad que se está acostumbrando a los hechos de sangre.
¿Cómo podemos celebrar cuando nos faltan los 4,096 aguascalentenses que han perdido la vida a causa de la pandemia de Covid? Cierto, es algo inevitable que afecta no sólo a Aguascalientes sino a todo el mundo, pero no deja de doler que una nueva enfermedad siga ocasionando este tipo de tragedias, y si bien no se pueden evitar, las autoridades sí han hecho lo posible porque no se pueda controlar, ya que, literal, ven la tempestad y no se hincan, y en lugar de gestionar la pandemia como sugieren los expertos convocan a la ciudadanía a acudir a eventos masivos, aunque tal vez se les vaya la vida en ello.
¿Festejaremos cuando se cierne la sospecha del fraude del sexenio y nuestra máxima autoridad esté involucrada? Eso le corresponderá a otras instancias determinarlo, pero ya está sembrada la semilla de la duda.
¿Estaremos de fiesta cuando miles de personas se ven afectadas por el pésimo servicio de transporte público? Los problemas que encierra este tema ya han sido puestos en la mesa, pero los más perjudicados, como siempre, son los ciudadanos, receptores de la grilla al más alto nivel.
No tendremos ganas de festejar porque es imposible circular por el desbordado tráfico ocasionado por la falta de organización de las autoridades, quienes al mismo tiempo inician obras por absolutamente todos los rumbos de la ciudad, y aunque necesarias, deberían ser planeadas en tiempo y forma, ya que los menos afectados, insistimos, deberían ser los integrantes de nuestra comunidad.
Pero, ¿qué no hay cosas buenas? Por supuesto:
Buena tierra: Aunque contaminada, la campiña de Aguascalientes sigue produciendo.
Cielo claro: Afortunadamente todavía tenemos el cielo despejado para ver algunos de los amaneceres y atardeceres más bonitos.
Agua clara: Aunque escasa en muchos puntos de la ciudad, se espera que con la nueva administración municipal este tema tan sensible sea mejorado, es una promesa.
Gente buena: Eso es lo mejor de Aguascalientes: su gente.
¡Felicidades Aguascalientes!