“El sabio es el que quiere asomar su cabeza
al cielo; y el loco es quien quiere meter
el cielo en su cabeza”.
Gilbert Keith Chesterton
Huelga repetir las descalificaciones que por más de una semana Andrés Manuel López Obrador ha vertido en contra de la máxima casa de estudios, la UNAM –donde estudió- a quien acusa de haberse ‘aburguesado’, “perdió su esencia”, “se ha derechizado”, “se volvió individualista”, y haber caído en las manos de los neoliberales, a quienes ‘nunca criticó’. “Luego ya fue tomada, puesta al servicio del régimen, y se cooptó a académicos que se convirtieron en ideólogos del neoliberalismo, sobre todo en el Gobierno de Salinas, y ya no se tocaron los grandes y graves problemas nacionales en la UNAM” le endilgó el presidente a la UNAM.
Su ataque ha sido sistemático por más de una semana y sólo el período de ‘muertos’, no los más de 103 mil homicidios dolosos, sino el festejo de ‘las calaveras’ brindarán tregua, porque no habrá conferencia matutina. La embestida va, según sus propias palabras, no a los estudiantes, a los que considera víctimas, sino a la dirigencia, a un ex-rector de manera particular. La embestida de López es tan enfermiza que a uno de los suyos, a un representante del Gobierno lo vilipendió, atacó a nuestro embajador en las Naciones Unidas, el ex-rector Juan Ramón de la Fuente, nombrado en su cargo en el primer mes de Gobierno de López.
Otro ex-rector es acusado por Obrador de ser casi casi la cabeza de la mafia unamita, el ex-rector José Narro, manifestando que el ex a pesar de “ser una gran influencia”, se prestó a ser el delegado del PRI en el Estado de México mientras se desempeñaba como Secretario de Estado en el Gobierno peñista.
Del gabinete de López, sólo su ‘corcholata’ (también puma) salió a hacer la bufonada de la corte, reforzar desde sus ‘académicos’ conceptos que su jefe tenía razón, mientras que otros funcionarios como Rogelio Ramírez de la O, Olga Sánchez Cordero, Jorge Alcocer Varela, Hugo López-Gatell, Luisa María Alcalde, Roberto Salcedo Aquino, Norma Rocío Nahle García optaron por hacer mutis.
Las críticas le han llovido al Presidente, esta vez eligió mal al enemigo, se fue contra la comunidad más respetada, querida y numerosa de México, pero además más diversa, más pensante y más politizada, por cierto con tendencia a la izquierda, algo al centro y muy pocos a la derecha.
Uno de los villanos favoritos de AMLO, Diego Fernández de Cevallos, mejor conocido como el Jefe Diego, se regocijó hasta el cansancio cuando escribió en su cuenta de Twitter: “Cuando Tartufo agrede a la UNAM, me recuerda al loco que apedreaba un panal y al burro pateando el pesebre, y todo porque lo reprobaron en Economía y en Ciencias Sociales”.
También lo hizo Ricardo Anaya al que lo tienen en el exilio por la presunta denuncia en su contra de ‘Lord Pato’ Lozoya: “Andrés Manuel, mi abuela empezó a dar clases en la UNAM antes de que nacieras. Ahí estudiaron mis papás. Yo hice mi doctorado en la misma facultad a la que tú asistías. La UNAM no es tuya. Respeta su autonomía y entiende que su diversidad la hace la mejor universidad de México”.
¿Pero qué obtiene AMLO agrediendo a la UNAM? De acuerdo con diversas opiniones de expertos en análisis político, la prospectiva del Presidente es lograr en el año 2024 una base de apoyo de ciudadanos iletrados, incultos, que no hayan acudido a la universidad y que se identifiquen ideológicamente con él, la verdadera raza es el pueblo no los ‘fifís’ de la UNAM, no hace falta acudir a la universidad ‘aburguesada’ porque ‘sacar petróleo no tiene ciencia’, para qué sumar los expertos, si para determinar la viabilidad de un aeropuerto se resuelve con una consulta, ‘el pueblo bueno y sabio’ determina qué y por qué, pues nunca se equivoca. Para qué queremos gente con capacidad y experiencia si lo que se requiere es ‘honestidad’. ¿Los científicos? A la cárcel por ser delincuencia organizada, corrompen los ideales de la Cuarta Transformación que es pura y transparente. Los universitarios críticos y reflexivos estorban a los proyectos sin cabeza de la cuatro T, ¿para qué queremos ingenieros? Los militares hacen todo. Para qué queremos médicos y enfermeras si vienen los cubanos a salvarnos y las brigadas correcaminos vacunan. Para qué queremos computadoras si los padres de la nación la construyeron si haber existido, para qué queremos energías limpias y baratas si tenemos carbón y combustóleo.
La de López no es más que otra ocurrencia del morning show o cortina de humo, realmente pretende incrementar su base ‘chaira’, ignorante, desconectada y desinteresada de la problemática nacional para la elección del año 2024, que votará sin preguntar, sin cuestionar, porque no tiene que esforzarse para recibir la beca, porque la comunidad universitaria hoy cuestiona su modelo de país, sus proyectos, su modelo económico y le cuestiona la destrucción de las instituciones autónomas.
No quiere a la UNAM porque no piensa como él, porque cuestiona, reflexiona y opina, a él no le gusta que haya oposición a sus ideas.