Tras calificar de penosa la situación que se vive con la creciente ola de suicidios que desde tiempo atrás se registra en Aguascalientes y que lamentablemente ya también afecta más a los adolescentes, el doctor Héctor Grijalva exhortó a las autoridades a realizar un cambio de fondo en la estrategia fallida que se ha seguido para prevenir ese tipo de muertes y los factores que las provocan.
Dejó en claro que el suicidio no es un caso fácil de prevenir sólo con carteles y espectaculares, ni tampoco es suficiente la difusión mediante charlas motivadoras en las escuelas, sino que se requiere de un profundo cambio en las acciones donde se conjuguen los esfuerzos de los gobiernos y la sociedad, pues de otra manera no pasaremos de las lamentaciones.
El especialista, quien dijo que sobre todo en la ciudad capital y principalmente en los puntos focalizados (colonias con mayor riesgo e incidencia) se debe hacer trabajo de orientación, prevención y asistencia a familias y personas en situación vulnerable, mencionó que es indignante que se presenten suicidios de adolescentes solo por haber tenido diferencias con el novio o bien de menores de edad por haber sido regañados por los padres, pues eso indica claramente que no se ha trabajado con las familias.
“Una adolescente de 13 años se quita la vida porque discutió con el novio. El trasfondo es muy triste y uno se pregunta ¿por qué razón una muchachita fija toda su expectativa de realización en un noviazgo adolescente? ¿Qué fue lo que faltó de protección familiar para poder desprenderse de un romance inmaduro?, ¿cómo es que no encontró el suficiente soporte emocional en su casa?”, cuestionó.
También ha cambiado el método y en ello hay mensaje social, subrayó tras exponer el caso de dos muchachos que intentan matarse arrojándose de un puente al paso de los autos. Uno de ellos lo consigue y el otro queda con graves lesiones en ambas piernas, siendo esto un claro ejemplo de que ahora la ciudad ya ofrece otras alternativas, pues hay suficiente tránsito rápido, suficientes alturas y suficientes huecos emocionales para que los jóvenes de acuerdo a su edad y circunstancia prefieran ser destruidos por automotores en vez de otras formas.
Bajo ese complejo panorama, el director fundador del Centro Agua Clara advirtió que se requiere un cambio profundo de acciones, con penetración social, intervención en grupos de alto riesgo y atención directa por profesionales experimentados, así como de la unión de esfuerzos estatales, municipales y sociales, con acciones conjuntas a favor de la vida.