Como un abierto reto para las autoridades de Aguascalientes fue lo ocurrido ayer temprano: tiraron, literal, los cuerpos de tres mandos policíacos secuestrados hacía una semana en Loreto, Zacatecas.
El vecino Estado, ya lo sabemos, vive una ola de violencia que suena increíble por la cantidad y la brutalidad de los crímenes que arrasan con delincuentes, cierto, pero también contra la población civil como se documentó en la edición de ayer en nuestro Diario.
Hombres y mujeres salen a realizar sus actividades diarias, pero nada les asegura que podrán volver a casa, pues en el camino pueden encontrar la muerte. Se oye dramático, pero es la verdad.
Incluso el anterior gobernador de Zacatecas se dijo derrotado ante el embate de la delincuencia organizada, pero también de la común, y de plano pidió ayuda a la Federación para que tomara en sus manos la seguridad, pero nada pasó y ahora el Estado vive una jornada de violencia como nunca, y el nuevo mandatario no se ha pronunciado públicamente sobre esta situación.
Además, basta con dar un vistazo a la geografía nacional y a nuestro otro vecino, Jalisco, que también sufre por la delincuencia y la violencia, aunque nada comparado con el no tan lejano Guanajuato, que en sólo 24 horas registró 23 muertos, y lo peor es que entre las víctimas hay niños, pues un comando armado irrumpió en una fiesta infantil y disparó sin ton ni son.
En Guerrero sólo se registraron diez muertos, y la nueva gobernadora morenista insiste en que no pasa nada y, bueno, pues la joven y neófita política está siendo asesorada por su padre, el siempre polémico Félix Salgado Macedonio, quien también dice que no ocurre nada en su Estado.
Michoacán se cuece aparte: entre la delincuencia organizada, la desorganizada, las autodefensas y los múltiples cárteles la población literalmente está de rehén temiendo nuevos ataques, pues ahí agreden a todo lo que se mueve: civiles, policías, militares, en casas, establecimientos y, además, hay muchos multihomicidios.
Regresando a Zacatecas, se preguntará ¿en qué nos afecta la terrible situación que vive esa Entidad en Aguascalientes?, pues en que somos vecinos, eso lo cambia todo. Además, Aguascalientes no puede echar campanas al vuelo y hacer caso a las autoridades de que aquí no pasa nada, pues sí pasa, ya que un día sí y otro también hay ejecuciones, asesinatos, secuestros, asaltos, incluso en algunos atracos matan por robar las pocas pertenencias de sus víctimas. También aquí suceden cosas, y muchas, y no lo han querido reconocer.
Lamentablemente este baño de sangre que debería de impactarnos como sociedad, y que por desgracia ya no es novedad, lo estamos normalizando, y seguirá mientras quien tenga el poder de decisión no se atreva a actuar, pues al tener otros datos sigue aferrado en abrazos, no balazos.