Vaya regalo de Navidad que el Papa Francisco le dio a la población católica de Aguascalientes: nombró, tras un año con sede vacante, al nuevo Obispo de la Diócesis: Juan Espinoza Jiménez.
Y como hace mucho tiempo no sucedía, ayer repicaron las campanas de todos los templos a las 9 de la mañana para darle la bienvenida a este hombre joven, michoacano, con una amplia trayectoria, formador y maestro de sacerdotes, Monseñor Juan Espinoza Jiménez también fue capellán de una residencia de ancianos, ambas misiones que le han dado la oportunidad de tratar a todo tipo de feligreses y que seguramente aplicará sus amplios conocimientos de la fe y de la persona para encabezar una amplia Diócesis que ya esperaba ansiosa el nombramiento de su nueva guía espiritual.
Se recibe con gran esperanza al nuevo Obispo de Aguascalientes, al octavo, sin olvidar la semilla que sembraron sus antecesores: José María Portugal y Serratos, Ignacio Valdespino y Díaz, José de Jesús López y González, Salvador Quezada Limón, Rafael Muñoz Núñez, Ramón Godínez Flores y José María de la Torre Martín.
Mención aparte merece el administrador diocesano desde que falleció Monseñor De la Torre a la fecha, el Padre Juan Gabriel Rodríguez, que durante un año estuvo al frente de la Diócesis de Aguascalientes, que aglutina 124 parroquias que se ubican en la región: Aguascalientes, Jalisco y Zacatecas.
Se ha comentado en varias ocasiones en que uno de los requisitos que se requieren para una encabezar una misión de esta naturaleza, es que el hombre a su cargo tenga profundos conocimientos de la religión, que escuche, que aglutine a los sacerdotes a su cargo, que los sepa dirigir en estos tiempos tan complicados, donde la fe ha sido la tabla de salvación para muchas personas que sienten que ya no pueden más ante las adversidades de la vida.
Han sido tiempos complicados en todos sentidos, pues aparte de los eternos problemas económicos, políticos y sociales, México, como en todo el mundo, se enfrenta a un gravísimo asunto de salud: una pandemia, que a casi dos años de aparición sigue causando estragos, los más graves, la muerte.
Además, particularmente Aguascalientes enfrenta otros gravísimos problemas, como la inseguridad y la epidemia que no han podido enfrentar y que sigue causando preocupación y hondo pesar: los suicidios.
Y es en estos momentos complicados que hombres y mujeres se han encomendado a sus creencias para sentirse confortados y escuchados, y con la llegada del nuevo pastor de almas, las muestras de esperanza no se han dejado de sentir, pues se ha palpado el total apoyo para Monseñor Espinoza y los comentarios en redes han sido de beneplácito y el tema fue tendencia todo el día de ayer.
Así, ayer, como presente navideño, el Papa Francisco dio un gran regalo a la Diócesis de Aguascalientes, con lo que terminó la orfandad espiritual; llegó un nuevo guía y seguramente todos los católicos se unirán en oración para que este hombre de fe pueda desarrollar atinadamente su ministerio, en beneficio de todos.