Vaya bomba se da a conocer hoy: el Instituto de Servicios de Salud del Estado de Aguascalientes habría utilizado el medicamento Ivermectina en pacientes infectados por Covid-19.
Esto no sería ninguna novedad porque de hecho estamos inmersos en un grave problema de salud mundial, lo que sí es grave es que este medicamento es de uso veterinario y está contraindicad en las personas, a excepción de que se utilice contra graves infestaciones de piojos.
Esta acción, que no sabemos si le costó la vida a algún paciente, pone en riesgo el prestigio del ISSEA porque su director reconoció que detuvieron su uso hasta que organismos internacionales lo exigieron.
Se espera que no termine aquí la investigación, sobre todo porque Aguascalientes no habría sido el único Estado en utilizar este medicamento, pues también fue usado en la Ciudad de México, donde hasta denuncias penales hay.
Dicen que un desesperado a todas va, y si de por sí hay gente que se automedica, no falta el amigo, la comadre o la vecina que recomiende remedios contra el Covid y otras tantas enfermedades, pero que las autoridades sanitarias de nuestro Estado utilicen un medicamento que no ha sido aprobado para el tratamiento o la prevención del Covid-19 en personas o animales es demasiado, además de que esta fórmula no ha demostrado ser segura ni eficaz para estas cuestiones; es más, dicen veterinarios que esta medicina también está contraindicada en ciertos perros porque les puede hacer más mal que bien.
Pero éste no es el único remedio, mucha gente también ha utilizado el dióxido de cloro, un tratamiento que, según los enterados, causa graves problemas intestinales, y hasta el momento no hay estudios formales que demuestren un beneficio pero sí perjuicios a la salud.
Lo que se recomienda como protección, ya se sabe, es utilizar correctamente el cubrebocas, el constante lavado de manos, guardar sana distancia y obviamente vacunarse.
Si para utilizar las vacunas que hay actualmente contra el coronavirus se hicieron miles de pruebas y ensayos para darle a la población una protección biológica, entonces no se entiende que un organismo de salud, como el ISSEA, se haya arriesgado a recetar un medicamento que no está autorizado.
Esperemos que el uso de la Ivermectina no traiga más problemas en los pacientes que los que ya tienen, porque no soslayemos que en muchísimos casos el paciente de Covid tiene secuelas físicas y, se ha comprobado, hasta mentales.
Ojalá que el Instituto de Servicios de Salud del Estado de Aguascalientes recule y se la piense antes de recetar cosas que si bien están en investigación no puede, ni debe, utilizar a los pacientes como conejillos de Indias.
Ahora bien, suponemos que tiempos de pandemia son como el refrán: tiempos desesperados requieren medidas desesperadas, pero cuidado, a veces sale peor el remedio que la enfermedad.