Un auténtico “problemón” es el que están enfrentando las instituciones públicas de Salud para disponer de algunos medicamentos para tratar el cáncer de los niños y los problemas renales, debido a que hay algunos fármacos utilizados para las mezclas que sólo se pueden adquirir en el mercado negro y con un sobreprecio que está fuera del alcance y que termina afectando a los pacientes en sus tratamientos.
Consejeros del IMSS aseguraron a HIDROCÁLIDO que si bien es cierto que ya se solventó la crisis aguda que se padeció por el desabasto de medicamentos que volvió frecuentes las filas kilométricas de personas en espera del surtimiento de sus recetas, subsiste el problema con algunos fármacos especializados contra el cáncer, por lo que se optó por conseguirlos a como dé lugar y al precio que sea, a fin de no alterar los tratamientos ni poner en riesgo a los pacientes oncológicos.
Ocurre lo mismo en el caso de algunos fármacos para pacientes renales y trasplantados que no les están siendo surtidos a las instituciones públicas por el tema de los precios topados, por lo que se tiene que recurrir a proveedores que se mueven en el “mercado negro”, donde el costo de los medicamentos se va al doble e incluso al triple de su valor comercial.
“Lo de las medicinas del cuadro básico o conocidas también como de combate ya quedó solventado en un 94% o más, pero sigue habiendo problemas para preparar las mezclas para los tratamientos oncológicos que se ocupan para los niños y adultos que padecen cáncer, debido a que falta uno de los fármacos que se requieren, por lo que se tiene que recurrir a las compras directas donde se disparan de manera estratosférica los costos”, manifestó el consejero Alfonso Contreras.
Explicó que el problema estriba en que al haber precios topados las instituciones públicas del sector Salud no pueden comprarle a los laboratorios que manejan precios superiores a los autorizados, por lo que cuando se necesitan los fármacos especializados se tienen que conseguir en el mercado negro donde cuando menos se duplica el costo, afectando las finanzas de las instituciones pero también comprometiendo a los funcionarios responsables de las adquisiciones porque se pueden meter en serios problemas de carácter legal.
El hecho de que no esté autorizada la compra directa de ciertas fórmulas con los laboratorios por el tema del precio a final de cuentas a quien termina perjudicando es a la institución porque no puede ofrecer el tratamiento que necesitan los pacientes, pero también a los familiares de los enfermos porque ante la necesidad se tienen que desembolsar fuertes sumas económicas para conseguir los fármacos para los tratamientos.