Varias anomalías e irregularidades reportan los derechohabientes del Seguro Social, quienes aducen que además de que no les realizan a tiempo los tratamientos, les difieren las citas en el caso de los que deben ser intervenidos en León, Guanajuato, y todo ello deriva en una situación muy crítica de salud y de inestabilidad emocional para sus familiares.
Asimismo, señalan que a últimas fechas faltan todo tipo de medicamentos y la situación ha llegado hasta que no haya suficientes sobres de vida suero oral, cosa que anteriormente no se daba, había mucho, pero ahora ni eso, comentaron, tras señalar que con la pandemia se han suspendido cirugías, tratamientos que son también importantes y que son diferidos, así como las consultas porque los médicos también se han enfermado, pero otros no dan consulta o casi corren a los pacientes cuando hay sospecha de Covid.
Por su parte, el mismo personal comenta que pese a los esfuerzos institucionales y del propio Gobierno Federal, que ha destinado millonarios presupuestos al IMSS, estos no se reflejan en medicamentos, tratamientos y atención, aparte de que los apoyos, materiales e insumos desaparecen a manos de las mafias de empleados, que empañan el buen nombre de la institución, porque “todo se roban, hasta las sábanas, batas, medicamentos, sillas de ruedas… hacen rasero parejo, en perjuicio de los usuarios y de hasta ellos mismos, porque algún día requerirán de atención”.
Asimismo, en datos proporcionados a HIDROCÁLIDO, en referencia al diferimiento de tratamientos, derechohabientes señalaron que recorren a todos los jefes y encargados de áreas, pero no reciben una respuesta a los requerimientos de sus pacientes, “unos nos dicen que sí se requiere el ecocardiograma, otros que no… otros que León no da respuesta”.
Señalaron que así las cosas, la estadía hospitalaria se prolonga, en uno de los casos hasta doce días lleva un paciente esperando que lo trasladen o no a León, con el riesgo de que pueda contraer una infección. “Tener a una persona esperando, todo por no subrogar la atención, y están a la espera de un cateterismo desde hace tres años, porque dieron cita en 2020 en León y fue suspendida por la pandemia; en junio los llamaron otra vez, pero por el mismo motivo no podían; después, para agosto del 2020, y ya para no volver, se hizo una consulta telefónica y confirmaron la cita, pero al llegar, se las clausuraron. El paciente tiene zozobra y temor, su mal se está agravando y así como este, muchos casos; la burocracia es lo que hace todo esto, y aunque son muy atentos todos, no resuelven el problema”.
MAD