TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis. (EL UNIVERSAL).- En San Juan Chamula, los tzotziles tienen un reloj solar esculpido en piedra, frente al templo de San Juan, para confirmar que ellos se rigen por la hora de Dios y no por el horario de verano, por lo que en los últimos 26 años nunca se han apegado a la medida.
Como en ese municipio, en las regiones Altos, Selva, Norte, Centro y Fronteriza, Sierra, Costa e Istmo, donde hay más de 25 mil comunidades rurales, nunca han aplicado el horario de verano, desde que se implementó en 1996.
En algunas cabeceras municipales como Frontera Comalapa, Motozintla, La Trinitaria, Siltepec, La Grandeza, Huixtla y otras, solo los bancos y oficinas gubernamentales laboran con el horario de verano, mientras que los jardines de niños, escuelas primarias, secundarias y preparatorias, así como iglesias de diferentes denominaciones, tienen que apegarse al horario de Dios.
«Nosotros nunca hemos usado el horario de verano aquí en Motozintla«, dice el campesino Aurey Santizo, dueño de una parcela de aguacate que ha asegura que el nuevo horario «no trae ningún beneficio para la población, pero sí trastornos físicos«.
Además, miles de comunidades chiapanecas que se ubican en las regiones Selva, Norte, Fronteriza y Costa, que colindan en los 658 kilómetros de frontera con Guatemala, se apegan al horario de ese país, por lo que no les importa el horario de verano.
Solo el transporte que sale a Ciudad de México, Oaxaca, Veracruz y otros destinos, se rige por el horario de verano, ya que el transporte regional se rige por la hora de Dios.
Y los pueblos originarios como tojolabales, tzotziles, tzeltales, choles, lacandones, zoques, mames y otros, nunca se han regido por el horario de verano, porque alegan que «no nos beneficia en nada«, por lo que sus reuniones las tienen que llevar a cabo con la advertencia que es en el horario de Dios.
Finalmente, en Chiapas las comunidades zapatistas tampoco se apegan al horario de verano, ya que ellos se rigen por la hora suroriental, es decir una hora antes del horario normal o horario de Dios.
De esta forma, la mayoría de los más de seis millones de habitantes de Chiapas no se rigen por el horario de verano.