Es una llamada de atención el tema preocupante sobre el funcionamiento y construcción de algunos nuevos edificios, aunque se está a tiempo de subsanar errores, si los hubiera, para no provocar un problema mayor e incluso una tragedia.
Por la naturaleza del servicio que presta uno de los edificios señalados es una ventana de oportunidad para mejorar las cosas, de hacer las adecuaciones necesarias porque afortunadamente aún no hay consecuencias que lamentar.
También sucedió con el nuevo Hospital Hidalgo y con varias construcciones más, porque los defectos van saliendo con los días y con el uso, incluso hubo una denuncia por inundación que afortunadamente se pudo subsanar.
Claro está, ante cualquier señalamiento se deberá exigir calidad en los materiales y obviamente en la construcción, pues no es asunto menor la delicada denuncia, y afortunadamente se está a tiempo de corregir.
Ejemplos de lo que podría provocar una obra de mala calidad es, por mencionar algunos, lo que sucedió hace poco tiempo en un edificio de departamentos en Miami, el cual colapsó dejando una estela de muerte y destrucción, y no vayamos tan lejos, lo que pasó en la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, que por una cadena de errores dejó varias víctimas mortales y consecuencias para muchos más.
Aquí en Aguascalientes se hizo la observación de algunos de los puentes vehiculares que presentaban fallas y se supone que ya están supervisados y con el adecuado mantenimiento, pues de no ser así sería criminal que se expusiera a la población que los utiliza y a los miles de conductores que circulan por la ciudad confiando en que todo está en orden.
Pero no sólo son edificios y puentes, sino calles, carreteras y prácticamente todo lo que nos rodea, pues como cualquier proceso en el que interviene la mano del hombre es perfectible, y para llegar a esto se necesita la supervisión de las dependencias adecuadas que lleven un estricto control de lo que se usa de material, de cómo se utiliza y algo que es básico, el adecuado mantenimiento, pues todo por servir se acaba.
Estamos a tiempo, nosotros como sociedad, de pedir, pero sobre todo a las autoridades que tienen la obligación de hacer las cosas como se debe y exigir lo que suponemos que es una obligación en el código urbano, por el bien de todos, especialmente de la población usuaria.