El presidente de la CANACAR, Roberto Díaz Rodríguez, no descartó que de generalizarse la situación de escasez de diésel se pudieran presentar graves problemas de desabasto de víveres, medicinas y productos de primera necesidad en el país.
Advirtió que lo que sí puede traer muchos problemas es que se genere un pánico y escasez artificial, que haga que empiece a faltar el producto, “ojalá que no lleguemos a eso porque el país no tiene reservas de todos los insumos para más de tres días. En tres días estaríamos en crisis de abastecimiento para industrias, autoservicios, farmacias, etc.”.
El transporte de pasajeros es necesario, pero más el que se refiere a la salud y la manutención, destacó tras señalar que en fin de semana escasea en gasolineras el combustible, pero son casos aislados.
Manifestó que la CANACAR resuelve afortunadamente esta problemática de manera interna porque tiene una reserva de alrededor de 240 mil litros de diésel para auto-consumo en la Central de Carga de Vallejo en la Ciudad de México y que por el momento hay suficiente combustible para el movimiento del autotransporte adherido a la CANACAR.
Se cuenta con dos tanques de 120 mil litros cada uno, “eso es únicamente para los socios de nosotros. No hemos tenido mayor problema, salvo que alguna gasolinera a veces sí se le termina, sobre todo los fines de semana, ahí es el problema”.
En cuanto a la reserva de CANACAR, destacó que son 240 mil litros de diésel, lo que equivale a diez pipas de tráiler y no hay ningún comentario de que haya algún problema con el abasto todavía de manera interna.
Advirtió que el mal menor sería que se recurriera al huachicoleo para poder solventar una escasez de combustible en el país, “eso sería lo menos malo, lo malo es que te quedes varado y con mercancía, con perecederos de mucho valor, por ejemplo, un tráiler cargado con carne, con mariscos, con cosas de alto valor, donde se te queden varados por falta de combustible, nos pondría en una crisis tremendísima”.
Asimismo, dijo que espera que no se caiga en una actitud de pánico, que aunque es muy comprensible, provoca más problema, “porque cuando se rumora que hay un desabasto, el que le echa 20 litros a su coche para moverse en la semana, va a llenar el tanque y un porrón que tenga en su casa; entonces, se crea una escasez movida por esa presunción de desabasto. Ojalá no haya esa situación porque se genera un desabasto artificial y cuando eso se dispara, la gente se aprovisiona y el que tiene un tanque de 250 litros, aunque tenga un peligro en su casa se previene contra una escasez, entonces sí se crea una escasez artificial y ojalá ese tema no nos vaya a explotar”.
Ejemplificó con los tráileres de CANACAR, cuya capacidad es de 1,200 litros y solamente se ocupan 500 para un viaje, pero si se llena, se empezaría a consumir más de lo que debe de ser.