CIUDAD DE MÉXICO (EL UNIVERSAL).- Al señalar que la cancelación de la reunión con activistas sobre el Tren Maya se debió a que los artistas rechazaron la invitación y el gobierno tiene «ciertas dudas» sobre la actuación de algunos de los ambientalistas «reales o supuestos» que acudirían, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que no se trata de un conflicto social o ambiental, sino de «un problema político o politiquero».
El mandatario manifestó que sería el colmo «que los conservadores corruptos quisieran utilizarnos», por lo que afirmó que lo mejor es que los reciba la secretaria de Medio Ambiente o el director del Fonatur, además de que platiquen con las comunidades.
López Obrador insistió que el Tren Maya no va a afectar ningún cenote ni ningún río submarino, acusó que en los «pseudoambientalistas» hay mucha hipocresía y mostró en pantalla una fotografía del actor Eugenio Derbez en la inauguración de un hotel de Xcaret, «empresa turística que sí ha hecho trabajos de unir cenotes, de estar uniendo ríos».
«¿En qué quedamos? Hay un doble rasero. Nosotros tenemos un compromiso con la gente de no cometer injusticias, de no destruir el territorio, de cuidar el medio ambiente, y es una convicción, no es una pose, nosotros llevamos años luchando por eso», expresó.
Explicó que se llevaron varias consultas y asambleas ejidales, por lo que se cuenta con todas las anuencias de ejidatarios, de pequeños propietarios. «Los amparos no son de los propietarios, son de estos grupos, entonces que vayan a dialogar con los campesinos».
Dijo que son como dos mundos, el del pueblo y el de la llamada sociedad civil o sociedad política, «son cosas distintas y molesta mucho el que no se quiera tomar en cuenta al pueblo o se le considere ignorante, manipulable, cuando hay una gran sabiduría en nuestro pueblo, saben perfectamente bien lo que les conviene y lo que no les conviene, no son ciudadanos imaginarios», enfatizó.