Dicen que el que avisa no es traidor, y los empresarios gasolineros ya tienen varios días que advierten que hay escasez de producto y que esta semana que inicia habrá crisis… otra vez.
Por si las dudas, este fin de semana se vieron varias estaciones de servicio a tope, pues por sí o por no es mejor estar preparado, ya que ahora el tener un vehículo ya no es un lujo, sino una necesidad.
Y ése es exactamente el problema: las compras de pánico, pues si hubiera el suficiente combustible no tendría por qué haber desabasto, sobre todo ahora que abundan las estaciones de servicio por cualquier punto de la ciudad, pero con precios tan dispares que la gente busca la mejor opción de compra, por ejemplo, por la Central Camionera la verde se consigue a poco más de 20 pesos y en la zona norte a casi 24, lo que es una gran diferencia.
Los empresarios del sector advierten que este problema lo está originando el mismo Gobierno Federal porque Petróleos Mexicanos es incapaz de cubrir la demanda de los refinados del petróleo, y el siguiente envío sería a media semana, pero este fin ya ocuparon los inventarios para responder a la demanda de transportistas y miles de automovilistas.
Si a esto se le agrega que la 4T restringió las importaciones de combustibles y en el mercado internacional los precios se dispararon escandalosamente, al final el que la paga es el consumidor.
En concreto: el Gobierno no deja entrar el producto de otros países y Pemex no da el ancho.
Y por si fuera poco, el conflicto bélico en la lejana Ucrania también está pegando en absolutamente todo, en México es el combustible, algo que también afecta a Estados Unidos porque el precio se disparó a niveles nunca vistos, y en el país vecino les falta hasta leche para bebés, algo que afecta, otra vez, al sector más vulnerable.
Entonces ya no sería la primera vez que esto ocurre, pues recordemos que el sexenio de Andrés Manuel López Obrador inició con un terrible desabasto en todo el país, ya que cerrando las llaves de paso se pretendió terminar con el huachicoleo, algo que por supuesto no ocurrió porque sigue el robo de combustible a gran escala.
Recordemos que en enero de 2019 eran cotidianas las escenas de gente haciendo filas kilométricas durante varias horas para poder conseguir gasolina, al precio que fuera, y aunque el problema duró 13 días, las repercusiones económicas y sociales no terminaron ahí.
Al cierre de esta edición se reportaban compras de pánico en las estaciones de servicio que están por la Central Camionera porque esta advertencia no es nueva y, además, porque por ese rumbo el precio está moderado, todavía.
Pues ahora a esperar, una vez más, a que las autoridades se den el tiempo de remediar esta complicada situación, porque si no es una cosa es otra, pero la cuestión es que estamos, como sociedad, a la deriva en muchos aspectos y así no se vale.