Frente a los problemas ordinarios de la vida y los desafíos que enfrentamos como sociedad, el Obispo Juan Espinoza Jiménez pidió hacer a un lado los temores, obsesiones y los falsos ídolos que llevan a perder el rumbo, vivir una vida hueca y sin sentido.
Conminó a relativizar los problemas, pero también a dominar las ambiciones, codicias, rabias, resentimientos, complejos, miedos y deseos de grandeza, tomando en cuenta que el no dominarnos a nosotros y no vivir la realidad nos lleva a tomar malas decisiones, cometer muchos errores y entrar a un callejón sin salida y alejados cada vez más de Dios.
“Hoy nos podemos preguntar, somos hombres y mujeres de paz o, por el contrario, somos una sociedad turbada, llena de miedos, de aprensiones y angustias interiores. Podemos contemplar que la economía aparece inestable, la política muchas veces construida sobre mentiras, engaños, agresiones, la justicia a veces se presenta imperfecta y la misma religión, en no pocas ocasiones, desconectada de la realidad concreta de los hombres”, señaló durante la homilía de la misa dominical que presidió en la Catedral.
Sostuvo que de alguna manera esos y otros problemas que nos afectan en lo individual, como familia y de manera colectiva como sociedad, de alguna manera han construido a un ser humano roto interiormente, afectado por las angustias, ansiedades, miedos, estrés, neurosis, depresiones y otros muchos ruidos que hay al interior del corazón de las personas.
“Estamos sobre estimulados exteriormente por mil imágenes, mil mensajes y muchos sonidos, y a esto habría que añadirle que hay un vacío profundo de Dios”, señaló el Obispo Diocesano al momento de cuestionar los apegos que se tienen por los ídolos del dinero, del trabajo y de la belleza exterior.
Destacó que para tener la paz y estar bien con uno mismo se necesita relativizar los problemas y las circunstancias adversas que hay hoy en la vida, por lo que la gente no se debe obsesionar por los problemas de hoy ya que eso sólo genera un desgaste mental y emocional innecesario.
Para ello, añadió, tengamos presente que hay que mirar la vida en perspectiva y no simplemente absolutizar el dolor, las deudas económicas, el fracaso o los problemas que hoy tenemos, así como a relativizar todo lo que ahora nos hace sufrir, además de que es conveniente no estar a merced de los apegos mentales, ni materiales ni afectivos que nos roban la serenidad del corazón y que nos quitan la paz.
En ese sentido y luego de resaltar que se debe tener presente que “no somos los gigantes de nuestros sueños, pero tampoco los enanos de nuestros miedos”, el Obispo Juan Espinoza dijo que como personas y seres pensantes debemos enseñarnos a dominar nuestros temores y a la fiera que todos llevamos dentro.