De acuerdo al seguimiento que hace la Organización ‘México, ¿cómo vamos?’ del comportamiento de los semáforos económicos de Aguascalientes, los ‘resultados’ que presume el gobernador Martín Orozco Sandoval distan mucho de ser siquiera idóneos, pues en materia de crecimiento económico, empleos formales generados acumulados y productividad, todos registran saldos negativos, mientras que en materia de pobreza laboral, informalidad y desigualdad laboral, la Entidad se encuentra con señales de fuerte deterioro para esta organización.
De esta forma, por primera vez desde que ‘México, ¿cómo vamos?’ hace este tipo de seguimientos, Aguascalientes acumula tres indicadores en rojo y tres en amarillo, lo cual nos coloca en una precaria situación en las metas cuantificables y objetivas que registran el crecimiento económico.
Para el caso del indicador más importante, relacionado con el crecimiento económico, Aguascalientes se mantiene con el deshonroso -6.8%, hoy por hoy el decrecimiento más pronunciado de todo el país, lo que nos coloca en el último lugar nacional en los datos que proporciona el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal del INEGI. Cabe además destacar que la administración de Martín Orozco es la única en la historia que acumula cuatro caídas por debajo del indicador base.
Así mismo, en el indicador de empleos formales generados acumulados, la administración de Orozco Sandoval cierra con un estrepitoso fracaso al no alcanzar la meta mínima de 6,500 empleos, pues se queda corta al apenas registrar 4,818 puestos de trabajo, razón por la que ‘México, ¿cómo vamos?’ coloca su semáforo rojo. El gobernador acumuló once derrumbes en este indicador a lo largo de su sexenio.
Otro indicador que registra una impresionante caída es la productividad alcanzada por los sueldos pagados en Aguascalientes, la cual presenta un declive desastroso que no se veía desde 2010, al derrumbarse de 175 a 141 pesos producidos por hora trabajada, cayendo al peor nivel en toda la historia de este indicador y que ha significado un golpe directo para los hidrocálidos y su economía.
Para el caso de los indicadores en fase de alarma, se puede observar que en materia de pobreza laboral se ha pasado del 32.4% al 36.2%, mientras que la informalidad ha crecido del 36.6% a 39.2%, en tanto que la meta de reducción de la desigualdad en el ingreso laboral ha fracasado al pasar de 0.299 a 0.344 deciles de acuerdo a los datos de la ENOE del INEGI, tasados según los ingresos laborales calculados de acuerdo al CONEVAL.