Cero respaldo del Gobierno Federal ha recibido el sector productivo los últimos tres años, que han sido los más complicados para la Iniciativa Privada y en ese momento por el alto costo del diésel pende de un hilo la vida de muchas empresas, tanto del autotransporte de carga como de otros rubros, dijo el delegado de CANACAR, Roberto Díaz Ruiz, quien destacó que hasta se corre el riesgo de paralizar al país si el transporte de carga llegara a parar por lo caro del diésel.
Añadió que en el sector en los últimos tres años muchos han ido a la quiebra y otros se sostienen con grandes sacrificios, porque si llegaran a parar, el país entraría en una crisis de desabasto de medicamentos y de comestibles.
El abasto que tienen en su inventario los negocios no da más que para dos días, a los tres días empieza a hacer crisis y “Dios nos libre de un desabasto de medicinas y de alimentos, que son de primera necesidad, y tenemos que seguir haciendo el esfuerzo todos para sobrevivir, esperando que lleguen tiempos mejores porque ya han sido tres años que al menos para mí han sido los más complicados de mi vida empresarial”.
Este sector de los servicios se sostiene contra viento y marea, pero algunas empresas se están quedando en el camino y no sólo de su sector porque no han resistido y han ido cerrando, y en general, en estos momentos todas están en la cuerda floja y si llegaran a cerrar, el país resentiría de inmediato su falta, porque son la espina dorsal de la economía.
Aseveró que lamentablemente ha seguido el encarecimiento del diésel y desafortunadamente más del 40 por ciento de todos los ingresos de una empresa de transporte se van al pago de este combustible.
Este año ha sido muy complicado para el sector, además de que la inseguridad ha seguido subiendo, “y con una economía detenida y con estos desalientos que hay, a ratitos piensas que esto está dejando de ser negocio, sin embargo, es una necesidad y el país no soporta más de tres días para entrar en una crisis de desabasto hasta de alimentos, entonces, no nos queda más que seguir luchando contracorriente y esperando que Dios nos ayude a salir adelante de esta crisis”.
“Luego, cerca del 16 o 18%, dependiendo la zona, se va al renglón de los peajes, lo que significa que cerca del 70 por ciento de los ingresos de todas las empresas del transporte se van a los servicios que de una u otra manera es el Gobierno el que los presta. Las autopistas no nos han pegado tanto porque se han seguido encareciendo muy cerquita del nivel de la inflación, lo que sí nos ha pegado enormemente es el diésel, porque de valer 17 pesos el litro el año pasado, ahorita anda entre los 24 y los 25 pesos como promedio, entonces sí ha sido tremendísimo y además, tanto el combustible como los peajes, los tienes que desembolsar en el momento, en tanto, los clientes se dan su tiempo para poder pagar el servicio”.
A las empresas no les queda más que echarle ganas e inventiva y tratar de sobrevivir, porque quienes aguanten ese trayecto cuando la economía vuelva a repuntar, serán los primeros que recibirán los beneficios, pero mientras tanto son tiempos de sacrificios muy complicados.
Finalmente, destacó que empresas de autotransporte que operan en ambos lados de la frontera, en el lado de EE.UU. ya superaron esta crisis con el apoyo que les brindó el Gobierno norteamericano, pero las que operan de este lado no pueden decir lo mismo, porque no han tenido respaldo alguno y aparte, soportan la tremenda alza del diésel.
MAD