En las últimas semanas se han prendido signos de alarma en torno al Instituto Mexicano del Seguro Social, pues patrones y derechohabientes denuncian ineficiencias.
Las irregularidades van desde desabasto de medicamentos, retraso en cirugías, consultas, sobre todo con especialistas pospuestas y, en algunos casos, mala atención de su personal para pacientes.
Pero esto no es exclusivo en el IMSS, sino en todas las instituciones del Sector Salud Federal e incluso estatal, pues también hay observaciones en el Hospital Hidalgo.
Pero cómo no va a haber deficiencias, si el universo de derechohabientes es inmenso y para acabarla, se vino la nefasta pandemia de Covid, que ha puesto a todo mundo de cabeza, sobre todo a las instituciones de salud.
De hecho en lo más fuerte de la pandemia, sus tres hospitales fueron reconvertidos para la sola atención de este padecimiento y obviamente el servicio se ha visto afectado en los últimos dos años.
Pero también hay que reconocer que el Instituto ha hecho lo que está al alcance de su mano para solventar la crisis, pues incluso han tenido jornadas en fin de semana para tratar de abatir los rezagos.
Además, tenemos que tener claro que no sólo es la atención del Covid y sus secuelas, tanto físicas como emocionales, sino un universo de enfermedades, pero sobre todo las crónico-degenerativas que se llevan casi todo el presupuesto asignado, pues por ejemplo la diabetes tiene que atenderse de manera múltiple y los medicamentos y procedimientos son bastante caros y si a eso le agrega que el Gobierno Federal ordenó una gran austeridad, suponemos que los recursos son iguales, pero la demanda de servicios no deja de crecer.
El propio IMSS reconoce que está rebasado, pero brinda lo que tiene y lo grave es que hay miles de personas que no tienen acceso a este tipo de seguridad social y la atención privada está por los cielos y lo que terminan haciendo los pacientes es ir a los consultorios de farmacias que ofrecen atención médica gratuita o a muy bajo costo, pues la salud no puede esperar.
Del desabasto de medicamentos es competencia absoluta de la 4T, pues es el gobierno el único facultado para realizar la compra de formularios y la compra anticipada de medicamentos y, desde que inició la administración de Andrés Manuel López Obrador ha sido un tema sensible porque cambiaron los procesos y otra vez aduciendo al control y ahorro de gastos, pues los únicos perjudicados son los pacientes, pues baste recordar que los primeros perjudicados por las políticas de austeridad han sido los niños con cáncer, un tema tan sensible al que no han podido o querido dar solución.
Este problema, el de desabasto, también afecta a las vacunas, ni las de Covid afortunadamente, sino a los biológicos que son necesarios durante la primera infancia, por lo que los padres de familia que tienen las posibilidades los buscan en el sector privado y, los que no, pues de plano tienen que esperar.
En algo que sí deberían poner atención los encargados del Instituto es la atención al paciente, pues de hecho uno de sus lemas es tratar al enfermo con calidad y calidez y a muchos servidores nada les cuesta ser un poco más empáticos con los pacientes y sus familias, que al presentar un problema de salud los coloca en una situación vulnerable, pero también hay que reconocer que hay derechohabientes que son groseros, por decir lo menos, y el personal del IMSS los trata con respeto, porque afortunadamente son pocos los servidores públicos que no realizan bien su función.
Se podrán decir cosas malas y buenas del Seguro Social, pero lo que importa es que haya voluntad de un buen servicio en esta época de tantas necesidades, pues como lo mencionamos, no se trata de enfermedades, que hay muchas, sino que son seres humanos que si van a buscar atención médica es porque lo necesitan.