Se veía venir y la noticia de que investigarán al ex-presidente Enrique Peña Nieto era algo que se esperaba casi desde el inicio del sexenio, pero no, la decisión tardó tres años en llegar.
Ayer el mundo político se cimbró cuando el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera pidió a la Fiscalía General de la República que investigue a Peña Nieto por posibles operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Y decimos que se veía venir porque poco a poco han ido cayendo personajes cercanos al ex-mandatario, entre ex-gobernadores, una secretaria de Estado, abogados, gente de su círculo inmediato, por lo que era algo que muchos esperaban, pero que, según los enterados, era poco probable que ocurriera porque incluso se llegó a hablar de un pacto de no agresión de ninguna manera entre el presidente saliente, Peña Nieto, y el entrante, López Obrador, pero por lo que se ve, eran meras especulaciones.
Este es un terremoto en la escena política nacional, porque en tiempos recientes ningún ex-presidente había sido acusado formalmente de cualquier delito y, aunque apenas se hizo la petición de investigar, ya muchos dan por hecho lo que sigue pero que nadie se atreve a comentar y que no es otra cosa más que la detención.
Por ahora EPN se encuentra en España, y hace unas semanas fue noticia porque se descubrió que vive en Europa en una residencia de lujo, y que de hecho ya tenía prácticamente su vecindad ahí y es de España, suponen, desde donde lanzó un comunicado vía redes sociales para ponerse a disposición de las autoridades para que se le permita defenderse de las acusaciones.
De escalar el problema y se le comprueben las irregularidades, no suena descabellado que tenga que presentarse ante las autoridades de nuestro país y se convierta en un ex-presidente que tiene líos con la justicia, pues no son pocos en América Latina que han terminado tras las rejas por diversos delitos.
Pero insistimos, esto no tardaba en suceder, pues ya están tras las rejas priístas “destacados”, como los ex-gobernadores Javier Duarte, César Duarte, Tomás Yarrington, Roberto Sandoval, todos ellos del mismo partido y que para agravar las cosas su actual dirigente nacional está siendo investigado por diversos delitos.
Mención aparte son Rosario Robles, titular de varias carteras en el Gabinete de Peña Nieto y a quien se le atribuye la “Estafa Maestra”, aunque incluso abogados ajenos al caso dicen que ésta es una vendetta política de su ex-amigo y compañero partidista, sí, el actual presidente López Obrador. Pero también están encarcelados Emilio Lozoya, ex-director de PEMEX cuando Peña Nieto; Juan Collado, uno de los abogados del ex-mandatario y la lista seguramente seguirá creciendo.
¿Qué sigue? Crece la especulación, pero se infiere, por los hechos, que esto no terminará aquí y de ser así, López Obrador habrá cumplido una de sus promesas de campaña: acabar con la corrupción, caiga quien caiga. Veremos si es cierto y, sobre todo, si se aplica el mismo rasero para todos.