Los medicamentos e insumos que son robados en las farmacias, clínicas y hospitales se pueden encontrar en el mercado negro que se práctica en tianguis, con la “complacencia” de las autoridades estatales y municipales que poco hacen para evitar ese tipo de prácticas.
Lo más delicado es que muchos de los fármacos, jeringas, lancetas y otro tipo de productos para la salud resultan ser incluso sobrantes o incluso ya tienen la fecha de caducidad vencida, por lo que sería importante que las autoridades sanitarias en general hicieran un barrido en los principales tianguis y puestos de mercados para combatir el comercio ilegal de esos productos.
Si bien es cierto que las autoridades sanitarias han realizado algunos aseguramientos importantes de insumos para la salud que se ofertan en los tianguis, sin embargo lo que se llega a confiscar resulta ser nada en comparación a lo que se mueve en el mercado negro, según lo expresado por tianguistas sobre ese delicado problema.
“Podemos y no responsabilizar a las autoridades por este tipo de comercio, pero el problema es que no hay regulación ni control en lo que se vende en los tianguis, a donde va a caer todo y de todo, pues es de sobra conocido de la gente en general que el robo hormiga de medicamentos, pero también de placas radiológicas y hasta de aparatos ortopédicos que se hace en los hospitales y centros de salud, tiene un desfogue en el mercado informal”, mencionaron comerciantes ambulantes que trabajan en diferentes tianguis de la ciudad y en los municipios del interior.
“Sí llega a haber operativos para tratar de impedir la venta en los tianguis de este tipo de productos que son de procedencia ilícita porque se sustraen de manera irregular de los hospitales o inclusive resultan ser sobrantes del arsenal de medicamentos que se le receta a la gente, pero los verificadores hacen acto de presencia de manera esporádica, por lo que de momento se frena el comercio y luego vuelve a aparecer, así es como se maneja esto”, explicaron.
La compra en el mercado negro de este tipo de productos termina siendo responsabilidad de quien los compra y los consume, pues muchas veces se trata de fármacos con fecha de caducidad vencida, pero aún así hay gente que los adquiere porque de otra manera y por el precio comercial les resulta difícil acceder a los mismos o porque los mismos ni siquiera se los pueden otorgar en las instituciones públicas del sector.