El Obispo lanza la voz de alerta: la violencia nos está comiendo, y si bien reconoce que la Diócesis de Aguascalientes ‘está bendecida’, hay que tener todos los sentidos puestos para no ser víctimas de manos criminales.
Es un tema que parece constante, pero así es lo que pasa no sólo en nuestro Estado sino en todo el país, pues día que pasa, día que ocurren cosas que lastiman a la sociedad, por ejemplo, ¿cómo imaginar que una fiesta por una primera comunión terminaría en masacre? Esto ocurrió en la cercana ciudad de León, en Guanajuato.
Y por el lado de Zacatecas la cosa está peor, pues de plano la gente ya ni sale a la calle y muchos otros han emprendido el éxodo para escapar de la violencia sin sentido que deja un auténtico baño de sangre en nuestro Estado vecino.
Y en Jalisco las cosas no pintan mejor, pues en algunas zonas ocurren cosas antes impensables, y para muestra un botón: el asalto que sufrió el Obispo de Autlán en el tramo carretero que va de San Juan de los Lagos a Encarnación de Díaz cuando se dirigía a nuestra Entidad, donde por cierto le tomaron la denuncia sólo por cortesía, reveló el secretario de Gobierno de Aguascalientes, pues no hay algo que se pueda hacer. Pero con cortesías no se resuelven las cosas. Por cierto, algunas regiones de Zacatecas y Jalisco pertenecen a la Diócesis de Aguascalientes.
Muy grave es, además, el señalamiento de nuestras autoridades estatales que reconocen que los criminales ya rebasaron a las corporaciones policiales porque, para empezar, tienen mejor armamento, y ya con esto lo dicen todo, es como enviar a los soldados a la guerra con resortera.
Pero lo que sigue de grave es el anuncio de la administración que va de salida, pues asegura que con la transición del Gobierno las cosas se podrían descomponer (¿más?), ya que los cambios se prestan a la infiltración de grupos criminales y se curan en salud por si pasara algo, pero suponemos que para eso están los procesos de entrega-recepción, para ceder al Estado en las mejores condiciones posibles en absolutamente todos los rubros, lo que evidentemente no pasará, pues hay muchos temas pendientes en la agenda por resolver, y uno de ellos es precisamente el de la seguridad.
Habrá que aprovechar entonces la Jornada por la Paz que inició ayer en todo el país y que se extenderá por varias semanas, pues ante semejante escenario habrá que hacer caso al llamado del Obispo, ya que parece ser que la única protección que nos servirá a este paso que vamos será la divina, porque la justicia terrenal tarda y mucho.