Al encabezar ayer en Catedral el arranque de la Jornada de Oración por la Paz que se extenderá hasta el próximo 31 de julio, Monseñor Juan Espinoza Jiménez advirtió que la violencia nos está comiendo, al grado de que “ni siquiera los familiares de sacerdotes se han salvado de los levantones”, ante lo cual hizo un llamado a la unidad de autoridades, sociedad y de todos a no ser indiferentes a lo que está sucediendo por la falta de seguridad.
Es necesario que todos pidamos por la paz de México, no solamente por los sacerdotes que han sido golpeados o asesinados en diferentes partes del país, sino también por las miles de víctimas de la violencia y por sus familias, señaló desde el atrio el Obispo de la Diócesis de Aguascalientes.
El jerarca católico aprovechó la homilía para hacer un recuento de las víctimas del clima de inseguridad y de la violencia que azota a buena parte del territorio nacional, así como para convocar a la unidad de todos para apoyarnos entre sí y evitar más derramamiento de sangre de seres inocentes.
Sostuvo que “la violencia nos está comiendo” y, tomando como referencia el pasaje de la palabra de Dios que se divulgó ayer en todas las misas, el jefe local de la Iglesia Católica dijo que “esos salteadores que golpean al hombre y lo dejan tirado siguen hoy haciendo estragos”, por lo que es necesario pedirle a Dios que nos cuide, pero también cuidarnos, subrayó.
“Nosotros pidamos a Dios que nos cuide, pero también si podemos hacer algo hagámoslo por los caídos, por la gente que sufre la ausencia de un hijo que fue llevado y del que se desconoce su paradero”, subrayó.
En ese marco, Monseñor Espinoza Jiménez expresó que “justo recuerdo a unas personas de Encarnación de Díaz que se acercaron llorando conmigo para pedirme, Señor, pida mucho por mi hijo, por mi hija, hace ya seis meses que no sabemos de él, pero también hay algunos familiares de sacerdotes de aquí mismo de Aguascalientes que están perdidos, que fueron levantados, como se dice”.
Pidamos a Dios por todos ellos, pero también nosotros cuidémonos y una manera de cuidarnos es vivir unidos en la oración, pero también unidos preocupándonos del que vive enfrente y del que vive al lado. Estemos muy atentos, si vemos algo extraño en la comunidad, en la calle, estemos atentos, no seamos indiferentes, la unidad hace la fuerza, destacó.
APOYO PARA LA CASA SACERDOTAL
Por otro lado, el Obispo pidió el apoyo de todos los fieles para continuar con las obras de construcción de la que será la Casa Sacerdotal de la Diócesis de Aguascalientes, donde se brindará albergue, asistencia y cariño a los sacerdotes retirados.
“Hay muchos sacerdotes que dieron su vida y ya llegaron a 75 años o más y que viven solitos, y se está ahorita construyendo una casa aquí en Aguascalientes para su atención; yo solamente recibo lo que me han entregado, y es una casa muy bonita en Juan de Montoro, que se está levantando gracias a una persona de buen corazón que ayudó donando un terreno; se está construyendo ahí esa casa y queremos que sea una casa muy digna para los sacerdotes ancianitos y que tengan un lugar donde puedan ellos pasar sus últimos años, sus últimos días de una manera pacífica, con un buen nivel de vida”, explicó.
Mencionó que al momento se tiene un avance del 30% en la construcción de esa casa, la cual se empezó a construir hace 4 o 5 años y cuyo proyecto se alteró por la cuestión de la pandemia, por lo que ahora se está requiriendo el apoyo y la generosidad de los fieles para continuar con la obra.