CIUDAD DE MÉXICO, julio 29 (EL UNIVERSAL).- Son muchos los lugares emblemáticos de París, la ciudad francesa más cosmopolita y bella de Europa, pero sin duda, el Arco del Triunfo es un símbolo de la grandeza que vivió el país galo en otras épocas. Inaugurado el 29 de julio de 1836 cumple este día 186 años de antigüedad, por lo que te contamos lo que debe saber sobre este emblemático monumento.
Icónico y significativo diseño
Su construcción comenzó en 1806 por órdenes de Napoleón y tardó 30 años en quedar listo, justo para celebrar las victorias, pero también para conmemorar a todos aquellos franceses que perdieron la vida durante las guerras napoleónicas y como producto de la Revolución Francesa.
El concepto corrió a cargo del arquitecto Jean Chalgrin, quien a su vez se inspiró en el Arco de Tito romano. Ubicado en la Plaza de Charles de Gaulle, el Arco del Triunfo es una edificación a la que se llega por múltiples calles, la principal de ellas es la emblemática Avenida Champs Elysées, pero también por las Avenida de la Grande Armée, Hoche, de Friedland, Carnot, Kléber y D’léna, entre otras.
La construcción mide 50 metros de altura, 45 metros de ancho y 22 de profundidad. Para llegar al monumento hay que atravesar por un paso subterráneo que lleva directo a la entrada, donde se puede apreciar una llama eterna que pertenece a la Tumba del Soldado Desconocido que también es simbólica porque es un homenaje a los franceses que murieron durante la Primera Guerra Mundial y por lo general siempre se encuentran ofrendas florales a los pies de la flama.
La experiencia de visitarle
Es importante señalar que no se puede llegar al Arco del Triunfo por la calle, pues esta glorieta no cuenta con pasos peatonales y cada minuto pasan cientos de vehículos que no se detienen ni un segundo. Para subir al mirador hay que tomar una escalera de caracol muy estrecha que parece eterna, sobre todo para los que no tienen buena condición física, aunque hay pequeños peldaños donde los visitantes más cansados pueden tomarse unos minutos y después continuar el viaje.
Afortunadamente también hay un elevador; sin embargo, está destinado para personas con problemas de movilidad y adultos mayores. Tras subir los 286 escalones viene la recompensa pues se puede ver un París desde otro ángulo.
Si bien la Torre Eiffel también tiene un mirador, el precio de la entrada no se compara en lo absoluto (cerca de 300 pesos mexicanos, aunque existe la opción de comprar el Paris Pass o el Paris Museum Pass, que incluye la entrada sin costo extra), así que se convierte en una opción excelente para disfrutar de la capital francesa.
Cualquier hora es buena para apreciar la belleza de la ciudad; sin embargo, la noche ofrece unas postales más encantadoras y desde ahí se puede apreciar la Torre Eiffel, en especial cuando comienza el espectáculo de luces, que para muchos franceses es una abominación; pero para los turistas es una experiencia digna de Instagram.
El horario de visita comienza desde las diez de la mañana y el último acceso es a las 22:15 horas. Si se visita de noche, se recomienda llevar ropa abrigadora, en especial en otoño e invierno pues por la altura el viento corre fuerte y la temperatura baja mucho.