Da pena ajena el espectáculo que en los últimos dos días han dado militantes del partido del Presidente, MORENA, en las elecciones para renovar el congreso nacional.
Golpes, acarreos, urnas embarazadas, compra de votos y todas las irregularidades habidas y por haber, ponen en duda la supuestamente tersa elección de los integrantes de su órgano máximo de decisión.
La realidad es que el asunto empezó mal, porque el primero en deslindarse de dicho congreso fue el senador Ricardo Monreal, quien renunció a su derecho de participar en solidaridad de los cuadros que no fueron tomados en cuenta y que tienen años militando y sobre todo la camiseta puesta.
Con esto prácticamente selló su tumba política, porque es evidente que cayó de la gracia de López Obrador, quien públicamente se ha decantado por tres políticos en un anticipadísimo relevo sucesorio: Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México; Adán Augusto López, secretario de Gobierno, y Marcelo Ebrard, canciller.
La moneda está en el aire, pero lo que ya tocó tierra es que está haciendo agua su congreso nacional y que ha sido debidamente documentado y ya no tendría caso querer tapar el sol con un dedo sobre la fractura que sufre el Movimiento Regeneración Nacional y que no anticipa nada bueno para relevar al Presidente.
Sí, sabemos que faltan casi tres años para que termine esta administración, que ha sido tan cuestionada y marcada por todo lo que criticaban sus más representativos personajes cuando estaban en eterna campaña: acarreo, golpes, compra o coacción del voto, corrupción a altos niveles; todo lo que satanizaban lo están llevando a cabo sus huestes y prácticamente en todo el territorio nacional.
Ante tanto desastre, los militantes y dirigentes de MORENA le están dejando la mesa puesta a otras organizaciones políticas, quienes llegado el momento tendrán el deber de seleccionar a sus mejores hombres o mujeres que pudieran llegar al máximo cargo político del país.
Los de MORENA, que ya son la primera fuerza política del país, deberían aprovechar la bandeja de oro que les deja López Obrador, que fue el que creó el partido para sus aspiraciones políticas, porque con lo que están haciendo, los ciudadanos de todo el país se están dando cuenta de que al final resultaron ser como los demás.