Las casas de empeño fueron concurridas para el regreso a clases, ya que los padres de familia necesitaron echar mano de sus pertenencias para estar en posibilidades de cubrir los gastos de útiles escolares, uniformes y libros, que año con año muestran un aumento considerable.
La gerente de una de las casas de empeño señaló que desde hace un mes hubo mucha afluencia de familias que llegaban a empeñar desde licuadoras, tostadores, videojuegos, pantallas, patines, modulares, celulares, auto estéreos, etcétera.
Los estantes de los pisos de venta lucen bastos de mercancía diversa, añadió la gerente de la casa de empeño, quien dijo que es tanta la necesidad de la gente que “siguen llegando, ahora traen una planta de soldar”.
El empeño fue una opción de poder financiar de manera inmediata el costoso regreso a clases de los niños, ya que los padres de familia obtuvieron préstamos a cambio de sus artículos de valor.
En México el empeño es una forma de salir de una emergencia económica, por lo que no es nuevo apreciar en diferentes fechas que las casas de empeño registran mayor aforo, siendo julio y agosto, en la cuesta de enero, Semana Santa y meses antes de fin de año las épocas más concurridas.
Para este regreso a clases los ganadores fueron las papelerías y casas de préstamos, ya que para la población luego de pasar por un confinamiento a causa de la pandemia y haber perdido sus empleos, el retorno de sus hijos a las aulas representó un gran reto para poder cumplir con la compra de las listas escolares.