NEZAHUALCÓYOTL, Méx., agosto 30 (EL UNIVERSAL).- Braulio, un menor de entonces 13 años de edad, estuvo en calidad de desconocido desde el 2016 en la fosa común del Panteón Dolores de la Ciudad de México, luego de que murió atropellado el 28 de septiembre de ese año en las inmediaciones del paradero del Metro Pantitlán.
Los restos del menor, quien vivía en la colonia Metropolitana Segunda Sección, en Ciudad Neza, fueron entregados apenas ayer a sus desconsolados padres, después de que se realizaron varios estudios forenses para comprobar que se trataba de él.
Las autoridades capitalinas clasificaron el cadáver como el de un adulto, de aproximadamente 20 años de edad, por lo que la familia de Braulio lo buscó incansablemente por doquier desde que fue visto por última vez en septiembre del 2016.
Ese 28 de septiembre Braulio salió de su casa para irle a ayudar a su mamá que trabajaba en un puesto de tacos en el paradero del Metro Pantitlán. Fue lo último que supieron de él. Sus seres queridos, amigos y vecinos comenzaron una ardua labor para dar con su paradero.
«Mi niño desaparece el 28 de septiembre del 2016, se hace la denuncia el 29 de septiembre del mismo año y posteriormente nos dedicamos a buscar por nuestra cuenta. Con el transcurso del tiempo nos dimos cuenta que no había apoyo de las instituciones, en ese caso era CAPEA, el que daba apoyo para la búsqueda de personas ausentes o extraviadas.
Pasaron prácticamente tres años para que pudiéramos tener un apoyo jurídico y se buscó con más presión el apoyo de lo que ahora es la Fiscalía de Investigación y Persecución de los Delitos en Materia de Desaparición Forzada de Personas y la Desaparición Cometida por Particulares y Búsqueda de Personas Desaparecidas», contó Miguel Basilio, padre del adolescente.
En el tiempo que trataron de tener noticias de él les llegaron varios rumores: que lo habían visto por varias zonas, en calidad de indigente y que se había ausentado de su hogar de manera voluntaria, versiones que las autoridades dieron como verdaderas y dejaron de buscarlo.
Sin apoyo oficial continuaron su labor para localizarlo. «Las visitas que hicimos al Servicio Médico Forense en ningún momento encontramos un dato que coincidiera con el cuerpo de mi hijo, se habló a Locatel en varias ocasiones y en ningún momento nos dieron algún dato de algún accidente o de una persona que alguna característica de mi niño, para nosotros no fue posible encontrarlo», narró.
La búsqueda se llevó a cabo en la Ciudad de México, Estado de México, con familiares, amigos, conocidos y se sumaron colectivos de personas desaparecidas.
Después del 2019 ya con la ayuda jurídica y con la presión que ejerció la asesora que los respaldó se emitió una ficha amarilla de búsqueda internacional.
«El 8 de abril de este año me hablan de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México para notificarnos que mi niño ya había sido localizado, lamentablemente la información nos las da la fiscal general Ernestina Godoy», dijo.
—Braulio fue registrado como una persona de 20 años y enterrado en una fosa común
La versión que les dieron las autoridades capitalinas, es que a Braulio lo atropelló un vehículo en las inmediaciones del paradero del Metro Pantitlán, pero quedó bajo la unidad y en su afán de huir el conductor se dirigió hacia la avenida Canal de Churubusco y en ese punto fue donde encontraron al menor aún con vida.
Luego lo trasladaron al Hospital de la Cruz Roja de Balbuena donde murió más tarde, debido a la gravedad de las heridas. Como no llevaba identificación alguna, el médico que lo atendió lo registró como una persona de 20 años y esa edad persistió en todos los trámites oficiales siguientes.
Como nadie lo reclamó el cuerpo lo llevaron al Servicio Médico Forense capitalino donde estuvo un mes, después como nadie lo reclamó lo enterraron en calidad de desconocido en la fosa común del Panteón Dolores donde estuvo seis años.
Se hicieron los trámites de inhumación, análisis de genética y una antropóloga forense independiente participó en esas labores que confirmaron que los restos que se encontraban en ese sitio eran los de Braulio.
El lunes 29 de agosto las autoridades entregaron los restos a sus familiares. En su domicilio de la colonia Metropolitana Segunda Sección lo velan y durante la tarde de este martes le darán el, último adiós en el Panteón de Los Rosales de Neza.
La familia apoyada por una asociación de derechos humanos buscará la reparación del daño por lo que ocurrió.
«Es algo que no hay cómo explicarlo, es un vacío tremendo, un vacío intenso que nos va a llevar tiempo asimilarlo, aceptarlo, aun cuando estamos velando el cuerpo de mi niño es algo que no hay cómo explicarlo, hay mucho dolor sobre todo por la injusticia, es absurdo lo que hemos vivido nosotros», comentó el padre de Braulio.
Después de enterar los restos de su hijo van a iniciar ahora el proceso de justicia para él.
«Esperemos que los responsables de la desaparición de mi hijo sean castigados conforme a la ley, aunque desgraciadamente las leyes están a favor de los servidores públicos, precisamente porque es injusto que las víctimas tengan que luchar por una justicia que incluso se ve truncada cuando los mismos servidores públicos usan sus propios medios para evadir responsabilidades», expresó.
El conductor que arrollo y causó la muerte de Braulio fue detenido y sentenciado, de acuerdo a la información que le proporcionó la fiscalía capitalina a la familia.