CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 1 (EL UNIVERSAL).- Cada que se escuchaba su tema de entrada en una función de lucha libre, su anunciador personal se dirigía al público y de manera eufórica lo describía como «El Orgullo de México». Alberto del Río es uno de los máximos referentes del pancracio mexicano y un gran exponente del nombre de nuestro país en todo el mundo.
Gracias a que pertenece a una familia luchística, Alberto comenzó en el deporte desde muy pequeño. En la lucha grecorromana tuvo sus inicios. Fue seleccionado mexicano y desde ese momento representó al país con gran orgullo.
Fue tres veces medallista de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos y en un Campeonato Mundial Junior. Lo que seguía eran los Juegos Olímpicos, pero ese sueño se lo arrebataron.
«No estuvo en mis manos. Artemio Izquierdo (expresidente de la Federación Mexicana de Luchas Asociadas) se llenó los bolsillos y no hizo nada en pro del deporte y usó el dinero para todo y no llevarnos a los torneos de clasificación», mencionó en entrevista para EL UNIVERSAL.
Sidney 2000 fue la justa en la que no pudo participar y esa siempre será una llaga en su carrera, «Queda una llaguita de haber podido hacer algo en esa justa internacional, pero la vida me puso en otro lugar y de la misma forma me llenó de gloria y satisfacción», comentó «El Patrón».