Alfonso Anaya, presidente del Grupo de Industriales de la Masa y la Tortilla, manifestó que el ajuste del precio depende de cada industrial y sus costos de producción, por ejemplo, quienes utilizan gas natural tienen un ahorro, a diferencia de los que usan gas LP; “no es resultado de un acuerdo entre industriales, es una decisión totalmente individual”.
Aseguró que lo anterior va en función de los aumentos de los insumos que se están presentando y la competencia informal, “pero no significa que no puedan seguirse ajustando los precios”.
Por lo que señaló que “en 30 pesos va a ser muy difícil que se encuentre a la venta la tortilla, por lo menos lo que resta del año, no lo creo”, ya que se anunció un descenso mínimo en la tasa de inflación y que existen ciertas variables que se han registrado a la baja.
Dio a conocer que hace dos semanas en la bolsa de Chicago hubo una baja en los precios de maíz que aún no se ha reflejado en México, y en cuanto se manifieste, el maíz ya no registrará aumento, “eso también repercute en que no se dé la opción de volver a ajustar el precio de la tortilla”.
El dirigente de los tortilleros apuntó que no se puede estandarizar un precio, “es muy volátil, en función de los aumentos o bajas de los insumos”.
Además, destacó que depende del reparto de las tortillerías en las tiendas de abarrotes, que si es mayor, el precio lo tienen por debajo de los 25 pesos y algunos otros aumentan sus costos en el mostrador, para balancear en el reparto y hacen una media, “son estrategias de venta”.
Por último, destacó que la competencia por parte de los informales les continúa afectando a quienes están trabajando de manera formal.