CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 9 (EL UNIVERSAL).- Dos días antes de que se anunciara la muerte de la reina Isabel II, una serie de fotografías desataron la alerta por su salud.
La reina Isabel se mantuvo activa hasta el final. El martes, en la que constituye su última acción en público, recibió en el Palacio de Balmoral, en Escocia, al primer ministro saliente, Boris Johnson, y a Liz Truss, quien se quedó al frente del Partido Conservador y a quien la monarca le encargó formar gobierno, convirtiéndola formalmente en la nueva primera ministra.
De entrada, que la reina haya realizado la reunión en Balmoral y no en Londres, como dicta la tradición, ya era una rareza que se explicó por la fragilidad de la salud de Isabel II.
Además, la reina se veía muy delgada, encorvada, contrario a como siempre lucía, erguida. Estaba totalmente apoyada en su bastón.
Las imágenes del encuentro dejaron ver otro detalle: el dorso de sus manos se veía amoratado.
«¿Está enferma?», cuestionaron usuarios en redes al difundirse las fotos.
No hubo explicación de la razón por las que las manos de la monarca tenían esa coloración. El jueves, temprano, el Palacio de Buckingham emitió un inusual comunicado señalando que los médicos estaban «preocupados» por la fragilidad de la salud de la monarca y recomendaban que se quedara en Balmoral.
Pocas horas después, informaba del deceso de la reina más longeva de Reino Unido.
El quiebre de octubre
La salud de la reina, de 96 años al morir, comenzó a ser motivo de mayor preocupación desde octubre pasado, cuando se informó que fue hospitalizada para someterse a pruebas médicas de las que nunca se proporcionó más información.
Sólo se informó que el médico recomendaba guardar reposo. Una monarca acostumbrada a estar activa aceptó a regañadientes y renunció a eventos como la cumbre climática COP 26 de noviembre; ni siquiera estuvo presente en todos los actos por su Jubileo de Plata, en junio pasado, para celebrar sus 70 años de reinado.
Su contagio de Covid-19, este año, desató nuevas alertas, aunque de acuerdo con sus médicos, sólo sufrió síntomas leves.