CIUDAD DE MÉXICO, octubre 4 (EL UNIVERSAL).- La Secretaría de Seguridad Ciudadana confirmó la muerte de Jesús Hernández, acusado del feminicidio de la cantante Yrma Lydya, en el Reclusorio Norte.
Indicó que hoy el abogado manifestó sentirse mal y fue trasladado al servicio médico del centro, donde se le brindaron las atenciones médicas para reanimarlo, sin embargo a las 10:45 horas, fue diagnosticado sin signos vitales.
Cabe señalar que el pasado 12 de septiembre tuvo un infarto cerebro vascular y se le realizaron tomografías debido a una condición de salud delicada.
El abogado, Jesús «N», esposo y presunto feminicida de la cantante Yrma Lydya, rompió el silencio poco antes de fallecer desde el Reclusorio Norte, donde se encontraba internado desde el pasado 23 de junio.
En entrevista con el periodista Mario A. Salgado Becil en septiembre pasado, el acusado de matar de tres disparos a Yrma Lydya en el restaurante «Suntory» en la Ciudad de México, señaló que nunca conoció realmente a la persona con quien se casó y según él, ahora trata de descubrir quién fue realmente.
«No sé con quién me casé, no sé si estuve casado, no sé si era su nombre y quién era. No sé quién es ella y si hablo de la muerta, es para tratar de averiguar quién era. Yo me casé con una muchacha que, acompañada de su madre y de su abuela, quienes me decían que era virgen, que nunca había tenido a nadie en su vida amorosa», señaló el abogado de 79 años de edad.
«Nunca me casé con la mujer que falleció, es una desconocida para mí. No sé su edad, nunca conocí a su padrastro, todas las direcciones que me daban eran falsas, fue registrada nueve años después de que nació, existen dos actas de nacimiento diferentes, no tiene antecedentes escolares», añadió en la entrevista.
Al ser cuestionado si durante su matrimonio con la cantante ejercía violencia física sobre ella, él respondió: «ella me pegaba a mí; no tengo fuerza en las manos, tampoco en los brazos ni en las piernas desde que me operaron de la columna».
Asimismo, aprovechó para aclarar que él fue quien le pidió el divorcio a la cantante pues ya no estaba a gusto con la cantante a quien acusó de diferentes ilícitos.
«Fui yo quien le pidió el divorcio; ya no estaba a gusto con sus escapadas y sus arbitrariedades y todo lo que me robaba y se llevaba de la casa (…) Ella me llamaba a todas horas diciéndome que iba a cambiar, que corregiría todo. Tenía acceso a mi computadora, acceso a algunas de mis cuentas, confiaba en ella», declaró Jesús «N».
—Vinculan a Jesús «N» por feminicidio
Cabe destacar el pasado 30 de junio, Jesús «N» fue vinculado a proceso y continuará en prisión preventiva oficiosa por su presunta responsabilidad en el feminicidio de su esposa, la cantante Yrma Lydya.
En los juzgados del Reclusorio Oriente, el juez de control del caso determinó un plazo de cuatro meses para realizar la investigación complementaria, informó la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX).
Durante ese lapso, el presunto feminicida de 79 años deberá permanecer encarcelado en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte como medida cautelar.
—Así fue asesinada Yrma Lydya en el restaurate «Suntory»
El jueves 23 de junio, Yrma Lydya y su esposo, el abogado Jesús Hernández Alcocer, se encontraban en un salón privado del famoso restaurante japonés «Suntory», ubicado en la calle Torres Adalid 14, colonia Del Valle Norte, en la alcaldía Benito Juárez.
De acuerdo con el testimonio de un comensal, alrededor de las 20:30 horas, un ruido captó la atención de las personas presentes en el restaurante, quienes al momento pensaron que a algún mesero se le había caído una charola, no obstante, enseguida se escucharon dos «ruidos secos» más, por lo que confirmaron que se trataba de disparos de arma de fuego.
Un guardia de seguridad que se encontraba custodiando a un comensal en el lugar detuvo la agresión contra la joven cantante, baleada en tres ocasiones por el abogado de 79 años de edad; sin embargo, fue demasiado tarde.
Además de otros dos balazos, Yrma Lydya recibió un disparo en la cabeza, lo que provocó su muerte, quedando recostada sobre la silla donde minutos antes platicaba con su esposo.