Con una cirugía prodigiosa, médicos del Hospital General de Zona No. 2 del IMSS salvaron la vida de un niño de sólo 8 años que resultó con el abdomen perforado por una varilla metálica de alrededor de 50 centímetros de largo y casi dos pulgadas de diámetro.
El menor ingresó al área de Urgencias y donde casi de inmediato entró a la sala de operaciones donde médicos y enfermeras activaron el Código Rojo para responder de manera inmediata, a fin de salvarle la vida al paciente, cuyo objetivo se logró por la habilidad, destreza y rapidez con la que actuó el equipo médico para extraerle el objeto extraño que se le clavó en el abdomen.
“El pasado 25 de agosto, Jesús “N” fue recibido en el área de Urgencias del HGZ No. 2, donde médicos y enfermeras activamos un Código Rojo para responder de manera inmediata con la atención que permitió poner a salvo al menor, quien presentaba trauma abdominal por cuerpo extraño”, describió el médico a cargo, doctor Jorge Matus Moro.
En la sala de Urgencias, el personal de salud procedió con la estabilización del paciente, revisión de signos vitales, toma de placas con equipos de Rayos “X” portátiles, estudios de laboratorio y protocolo de sedación para ingresarlo a quirófano, en donde fue sometido a una intervención quirúrgica con la que se logró extraer la varilla y revisar que los órganos vitales abdominales no estuvieran comprometidos por la lesión.
El cirujano pediatra, doctor Jorge Matus Moro, encargado de realizar la cirugía, detalló: “Hicimos una laparotomía que duró aproximadamente hora y media. Constó de una exploración total de la cavidad abdominal para revisar detalladamente órganos como bazo, páncreas, intestino, riñones y otros cercanos a la lesión, a fin de asegurar que no hubiera daños que pusieran en riesgo la vida del niño”.
Matus Mora aseguró que durante dicha intervención se logró extraer la varilla incrustada en el abdomen del menor, sin complicaciones, gracias a la participación de un equipo de salud encabezado por el cirujano pediatra, anestesiólogo, residentes de cirugía y personal de enfermería especializado.
Tras recuperarse de la cirugía, el menor fue trasladado al piso de Pediatría en donde quedó sujeto a cuidados, tratamiento antibiótico y vigilancia médica permanente para evitar una infección en la zona abdominal, por el tipo de objeto que presentó.
La mamá del menor se expresó agradecida por la rápida respuesta de enfermeras, médicos, trabajadoras sociales, radiólogos y todo el personal del hospital y comentó: “Si ellos no hubieran actuado de esa manera, mi Chuy se moría”.
Actualmente, Jesús “N” se encuentra de regreso a clases presenciales en tercer año de primaria y en casa a lado de su mamá, papá y hermana mayor.