Una gran nube de humo negro se vislumbraba a kilómetros de la zona en donde se suscitó la tragedia del Fraccionamiento México, en donde una pipa cargada con 35 mil litros de diésel se estampó contra un tren al querer ganarle el paso, convirtiéndose este hecho en una tragedia nunca antes vista en Aguascalientes.
De acuerdo a testimonios de testigos presenciales, primero se escuchó una fuerte detonación y posteriormente la gente comenzó a salir de sus casas huyendo del peligro y algunas de ellas portaban botes y cubetas, con la intención de conseguir agua o tierra para sofocar el incendio en sus casas, pero poco o nada se pudo hacer por la elevada temperatura que se alcanzó en cuestión de segundos, mientras que ríos de diésel corrían como lava de volcán, arrasando con vegetación y objetos a su paso.
“Sí me tocó ver y escuchar, yo andaba por esos lugares, tronó muy feo y luego el corredero y gritos, etcétera. En un ratito cambia la vida”, nos dijo una testigo presencial que por azares del destino se encontraba por el rumbo, realizando una visita a alguien que vive en la calle Chihuahua, del Fraccionamiento México.
“Luego se escuchó un tronido y nada más y hasta que pude salir, porque no había paso…”.
“No estaba tan cerca, pero a dos calles”, dijo y para poder salir del infierno en el que se estaba convirtiendo, “pues estuve rodeando para quedar lo más mejor posible”.
En referencia a la hora, mencionó que eran alrededor de las seis de la tarde, según recuerda, pero que todo se convirtió en unos momentos en un caos; la gente corría desesperada por las calles y ella solamente intentaba salir del lugar en su auto, porque le dio miedo y susto estar en medio de algo tan inenarrable. “Yo me vine (a casa) y todavía estaban”.
Lo que en un día cualquiera le tomaría salir cinco minutos, se convirtió en algo largo y angustiante. “No podía pasarme, estábamos a dos calles” y entonces optó por irse rodeando y salir por las calles más alejadas de la zona de la tragedia y por fin, unas horas después pudo llegar a su casa, ubicada al poniente de la ciudad.
Al estar tan cerca del lugar, le preguntamos si no les alcanzó el fuego y señaló que: “No, estábamos a dos calles… pero sí decían que se fueran de sus casas porque podían explotar los tanques de gas. Yo me fui. Yo me fui en el carro, mi amiga a la que visitaba se quedó en su casa… también tienen un taller no sé de qué… Me fui orillando hasta que pude salir, pero la gente estaba gritando y corrían todos”.
Esta plática fue casi a la medianoche del jueves y se le sugirió a la declarante se midiera la presión arterial para ver si la alteración no se la había incrementado y dijo: “Pues ahorita ando así como muy acelerada, creo que es la adrenalina del miedo, porque me asusté por como se escuchó, como un rayo muy fuerte y luego ver a las personas corriendo”. Posteriormente al hacerse la medición de la presión, la presentó ligeramente alta.
Le preguntamos qué pensaron en ese momento los vecinos y su propia amiga a la que estaba visitando, respondió: “Nada, yo ya me iba y sólo tronó y empezaron a salir y correr, luego había gente con botes, hasta chavitos y me fui porque empezaron a gritar que iba explotar el gas natural, me asusté; ya me quería ir”.
Ante la marejada de personas que corrían buscando una salida, optó por salir corriendo en su auto y alejarse lo más pronto posible. “Yo me fui, se veía humo negro y después estaba en San Gerardo y ya lejos”.
Al sostener la conversación, prefirió no recordar y ver los videos de todo lo que sucedió hasta el día siguiente y de ese modo pudo percatarse de la gran tragedia de la que pudo escapar por milagro, pues sólo permanecía a dos cuadras de donde se suscitó el choque entre la pipa y el camión, mismo que desencadenó un infierno para los habitantes de esta zona de la ciudad y una enorme movilización para rescatar a personas afectadas, sofocar el fuego, frenar en lo posible las dimensiones de la conflagración que arrasó con todo a su paso, aunque por fortuna, sin victimas mortales, pero con pérdidas totales que serán muy difíciles de resarcir, así como para quienes todo lo perdieron, recuperar sobre todo la salud, la tranquilidad y los bienes materiales, aunque salvaran su vida en esta tragedia que apenas comenzó el pasado jueves.