Aguascalientes está ante un cada vez más delicado problema de “estrés hídrico” que puede limitar o cancelar su desarrollo en unos cuantos años más debido a que las presas se están quedando secas por la sequía, los pozos cada vez tienen menos aforo de agua y por si fuera poco el agua que se extrae de esas fuentes es de muy mala calidad, mientras que la demanda del vital líquido es cada vez mayor.
Tláloc (dios del agua) tiene contra la pared al Estado debido a que lejos de recargarse las presas que abastecen de agua a los once municipios están languideciendo a causa de la ausencia de las lluvias, en tanto que muchos de los pozos están dando cada vez más problemas que agua para los diferentes usos, y por si fuera poco el mal estado de la infraestructura hidráulica provoca que se pierda la mayoría del alto volumen de agua que se sigue extrayendo de los pozos.
La situación del agua pasa de crítica a delicada debido a que su calidad está en duda, toda vez que la que no presenta alto contenido de flúor se encuentra contaminada con elementos peligrosos como el arsénico, que es un peligroso cancerígeno, cadmio y otros, por lo que se ha tenido necesidad de clausurar varias de esas fuentes y debe ocurrir lo mismo con varias más para no comprometer la salud de la población, de acuerdo a la explicación dada por autoridades sanitarias que alertaron sobre la pésima calidad del agua que se consume en buena parte del Estado.
En la presentación de los resultados del Monitor de Sequía en México, la Comisión Nacional del Agua advirtió que en la primera quincena de este primer mes del 2023, en más del 90% del territorio estatal prevalece una sequía anormal (9 de los once municipios están en esa clasificación y los 2 municipios restantes se reportan en sequía moderada), lo que hace que la mayoría de las presas ubicadas en diferentes puntos de la geografía estatal luzcan con pocos aforos.
Esta condición de sequía anormal impacta también en el contenido del vital líquido en los pozos, pero sobre todo en la calidad que presenta el elemento natural, toda vez que a mayor profundidad en la extracción del agua resulta ser menor la calidad que presenta el líquido.
“Las autoridades y todos nos preocupamos porque nos estamos quedando sin agua y esa resulta ser una realidad indesmentible, sin embargo nadie ha reparado en el hecho de que ahora se tiene acceso y de hecho la población está consumiendo y utilizando una agua no de mala sino de pésima y peligrosa calidad por las altas concentraciones de todo tipo materiales químicos que contiene, eso es algo que no puede ser desatendido por las autoridades”, advirtieron ingenieros geólogos y autoridades sanitarias que están lanzando la voz de alerta sobre esa cuestión.
En municipios del interior como es el caso de Calvillo, Rincón de Romos, Tepezalá, San Francisco de los Romo y Jesús María, así como en el de la capital, se cuenta con una lista interminable de pozos cuya agua presenta peligrosos niveles de contaminación con arsénico, fierro, cadmio y de igual manera con altas cantidades de flúor que están impactando en la salud de la población, por lo que las autoridades comenzaron a clausurar o cerrar esas fuentes de extracción para evitar riesgos.
La situación del agua y de la explotación de los pozos resulta ser una auténtica bomba de tiempo debido a que se estima que al menos 60% de los alrededor de entre 450 y 500 pozos que conforman el Sistema Estatal de Abastecimiento para el consumo humano y comercial no cumplen las nuevas normas en cuanto a calidad, mientras que los pozos que surten a las empresas y al campo también están teniendo descensos preocupantes por la extracción que no está siendo regulada por la Conagua y por ninguna otra autoridad.