OAXACA, Oax., enero 25 (EL UNIVERSAL).- «Me están negando el derecho a la impugnación», sostiene la saxofonista María Elena Ríos Ortiz, sobreviviente de tentativa de feminicidio y quien reprueba la decisión de un juez de Oaxaca de excarcelar a Juan Vera Carrizal, el presunto autor intelectual del ataque con ácido que sufrió el 9 de septiembre de 2019, para que continúe el proceso en su contra en prisión domiciliaria.
En entrevista con EL UNIVERSAL, la joven mixteca, cuyo caso es el primer ataque documentado de «violencia ácida» en Oaxaca, admite tener temor de lo que suceda más adelante en el proceso que enfrenta, pues sabe que harán imposible su camino a la justicia.
Tras la resolución del juez Teódulo Pacheco Pacheco, lo que sigue en el proceso para María Elena es interponer un recurso de impugnación, que tendrá que resolver una sala del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca (TSJO). Luego de la audiencia en la que se decidió que Vera Carrizal deje el Centro Penitenciario Varonil de Tanivet, el juez debe emitir la resolución por escrito y tras ello, el equipo jurídico que acompaña a la saxofonista podrá solicitar la impugnación.
—Sin derecho a impugnación
María Elena explica que el cambio de medida cautelar a prisión domiciliaria, con la que el exdiputado priista podría salir de prisión, fue dictada el 21 de enero y hasta hoy el juez no ha emitido la resolución por escrito. Una vez que lo emita, la joven tendrá 72 horas para impugnar; su equipo legal ha emitido cuatro peticiones por escrito para la resolución, sin respuesta.
«Me están negando el derecho a la impugnación. Y cuando toque resolver a las salas, habrá que poner atención en qué magistrados son, porque yo veo que esa línea traen. Escucho al presidente del Tribunal y las incoherencias que dice y me hace pensar que esa es la situación», apunta.
La audiencia en la que se planteó el cambio de medida cautelar de prisión preventiva a domiciliaria se prolongó por seis días. En las madrugadas, María Elena informaba a través de sus redes sociales que el juez Teódulo Pacheco le impedía hacer uso de la palabra y violaba sus derechos. Al término, ese mismo juez resolvió que el imputado continúe el proceso en su domicilio, a pesar de que las pruebas eran débiles e insuficientes, sostienen Malena y su abogada, Diana Cristal González Obregón.
Entre las irregularidades, por ejemplo, destaca que el amparo que promovió la defensa de Vera Carrizal para que éste continuara su proceso desde su domicilio, fue presentado desde noviembre pasado; no obstante, fue hasta hora y media antes de la audiencia celebrada el 16 de enero que se le proporcionó acceso a los elementos de pruebas de la defensa a la joven y a su equipo.
«Lo que sucedió no tenía que suceder, porque en la audiencia les despedazaron las pruebas», sostiene esperanzada la joven, quien está convencida que es posible darle revés a la medida cautelar.
—Pruebas deficientes
María Elena narra que el alegato para lograr la prisión domiciliaria de Vera Carrizal comenzó con el argumento de que el imputado está enfermo. Entre las pruebas, recuerda, se exhibió un documento firmado por la psicóloga del penal de Tanivet, donde el diagnóstico precisa que el presunto autor intelectual «está muy triste».
En el documento, además, el vigilante del penal certifica que el imputado ha observado buena conducta, pero que necesita «su apoyo familiar y reincorporarse a sus raíces»; sin embargo, el mismo escrito se contradice, pues asegura que el detenido manifiesta conductas y ataques de neurosis. Entre los motivos, también se enlista la necesidad de un reencuentro espiritual.
La joven también destaca que la defensa mostró análisis de que Vera padece altos niveles de colesterol e incontinencia, así como síndrome parkinsoniano, es decir, algunos síntomas de la enfermedad parkinson.
No obstante, en la audiencia, una criminóloga y médicos, aseveraron que los síntomas que se manifiestan son normales para un hombre de 59 años, edad de Vera Carrizal. Mientras que para probar el síndrome parkinsoniano se necesita del diagnóstico de un especialista internista, mismo que no fue presentado. El médico, además, dijo que esa enfermedad degenerativa no tiene cura, no está relacionada con la reclusión y que las personas de esa edad la presentan.
En tanto, una psicóloga desechó el diagnóstico al considerarlo carente de metodología y calificarlo como una opinión personal.
—Riesgo de fuga de Vera Carrizal
Una de las principales preocupaciones de María Elena es el evidente riesgo de fuga de Vera Carrizal, sobre todo si se toma en cuenta que desde septiembre de 2019 su hijo, Juan Antonio Vera Hernández, sigue prófugo. El miedo, explica, es ante el «riesgo inminente» en la que queda ella, su familia e incluso sus abogadas.
Dicho miedo, sostiene, se debe a que para que un domicilio «sirva» para la prisión preventiva, éste debe ser propiedad del imputado; sin embargo, en la audiencia, relata Malena, no se presentaron escrituras de la casa a nombre de Vera Carrizal, sino un recibo de luz a nombre de una de sus hijas.
Además, en la identificación oficial del imputado se exhibe como domicilio el de una radiodifusora de su propiedad en Huajuapan, pero el domicilio propuesto se localiza en San Jacinto Amilpas, municipio conurbado a la capital.
La joven relata que su temor ha sido respaldado por diversas autoridades, pues tras una inspección que realizó la Agencia Estatal de Investigaciones se determinó que el domicilio no cumple con las características necesarias para ello, pues las ventanas no están soldadas y hay balcones sin ventanales.
El incumplimiento de las características para el arraigo en la vivienda fue confirmado por el propio gobernador Salomón Jara Cruz, quien informó que se solicitó no excarcelar a Vera Carrizal, pues su administración no dispone con recursos suficientes para garantizar la vigilancia policial las 24 horas del día.
Hasta el cierre de esta edición, Juan Antonio Vera Carrizal permanece recluido en el penal de Tanivet, confirmó a este medio el gobierno de Oaxaca.