CIUDAD DE MÉXICO, enero 25 (EL UNIVERSAL).- Tras el caso de desaparición de la menor María Ángela, autoridades capitalinas descartaron que en el paradero de Indios Verdes opere una red dedicada al secuestro o trata de personas, en especial contra mujeres; sin embargo, testimonios de jóvenes como Max, Yadira o Alejandra, quienes vivieron situaciones extrañas en el CETRAM, les hace pensar que se libraron de ser víctimas de alguno de estos delitos.
Caso María Ángela: Esperaba a su madre afuera de los baños de este paradero, en la alcaldía Gustavo A. Madero de la Ciudad de México, cuando sintió un piquete en el brazo.
Esto sucedió el jueves 19 de enero a plena luz del día, sus padres bloquearon la carretera México-Pachuca para presionar a las autoridades y fue tres días después que vecinos de Nezahualcóyotl, en el Estado de México, que dieron aviso sobre una joven tirada, envuelta en bolsas negras de plásticos sobre un baldío.
Cuando fue atendida mostraba signos de violencia y declaró que donde estuvo privada de su libertad había más mujeres.
—-«¡No me toques!»: Chofer de microbús intentó llevarse a la fuerza a Max
Max denunció que hace 3 años un conductor de transporte público intentó retenerla contra su voluntad. Todo frente a comerciantes, transportistas y transeúntes, sin que nadie hiciera nada.
Max tenía 19 años, era estudiante del turno vespertino en el Cecyt Número 8 del Instituto Politécnico Nacional, donde fue víctima de abuso sexual por parte de un trabajador del lugar, caso que hasta hoy no tiene una resolución.
Por esta agresión sufría de ataques de ansiedad, que eran detonados cuando tenía que caminar diariamente a las 11 de la noche para tomar su camión en el paradero de Indios Verdes.
Cuenta que hace 3 años, en 2019, ella esperaba el transporte cerca de una base de taxis frente al Metrobús como medida precautoria.
«Recuerdo perfectamente que fue un camión de la Ruta 88 dirección a Coatepec, el chófer, que me triplicaba la edad y el peso, se detuvo, se bajó de la unidad y me dijo ‘súbete flaca’, como sí me conociera pero lo ignoré. Insistió ‘Yo te conozco, sé que vas al norte, súbete'», narro Max en entrevista con EL UNIVERSAL.
Además, dice que el sujeto hizo sonidos morbosos con la boca, a lo que ella, ya molesta contestó que estaba esperando a su papá «pero cuando se acercó me quedé paralizada y me tomó del brazo», contó la joven.
La reacción de Max fue gritar «¡no me toques!», pero a pesar de sus gritos que comerciantes y chóferes escucharon e incluso se asomaron, no hicieron nada.
Fue un joven quién al ver la situación empujó al hombre para que soltara a Max, terminaron en golpes y el chico la acompañó hasta que estuvo segura. «Cuando vi la noticia de Angela, se me hizo muy raro porque yo no me alejé de la gente y grité lo suficientemente fuerte, yo vi que la gente volteó. Es imposible que nadie se haya dado cuenta», dijo Max.
—Sospechan de comerciantes coludidos e incluso, red de trata de personas
Max realizó un post en Facebook con su historia, al cual reaccionaron varias mujeres quiénes aseguran que al comprar alimentos en el paradero de Indios Verdes se sintieron mareadas, con ganas de vomitar y algunas hasta perdieron el conocimiento, por lo que incluso piden como forma de protesta hacer un «bloqueo económico».
Además de ser víctimas de asaltos, algunas otras cuentan que se han sentido perseguidas y otros intentos para retenerlas contra su voluntad. «Así que, no dudo, que Indios Verdes sea un punto de trata y que los comerciantes sean cómplices», escribió Max.
Yadira cuenta que decidió comprar una rebanada de pizza en lo que esperaba a su esposo.
Justo cuando la terminó de comer dice, empezó a sentirse «muy mal, se mareó y le costaba respirar. «Me senté un rato (cuando llegó mi esposo) como pude me levanté y corrí hacia donde estaba, cuando me iba subiendo a la moto me desmaye, después reaccione y lo primero que vomité fue la pizza», escribió la joven.
Erik, otra usuaria de 46 años, contó que esto lleva pasando desde hace muchos años, pues cuando tenía 19 años, trataron de secuestrarla.
Ariana por su parte explicó que ella se compró un café y dentro del Metro se sintió mareada.
«Me empecé a sentir mal, mareada y con ganas de vomitar, cuando llegue a mi parada en Norte 45 y baje del metro inmediatamente sentí como si la vista se me nublara y fuera a caerme, lo primero que hice fue hablarle a mi mamá que aunque estaba lejos me dijo que no me moviera y que iba por mi, solo me tire como pude en un rincón de la estación y traté con todas mis fuerzas de no perder la conciencia», contó Ariana.
—«Me abrazaron y me pusieron un arma en las costillas»
Otras usuarias que reaccionaron al post de Max también expresaron que sintieron que alguien las seguía o contaron como las asaltaron justo a lado de los baños donde desapareció María Ángela. «Me abrazaron y me pusieron un arma en las costillas».
«A unos metros de los baños de dónde desapareció Angela me trataron de jalar», son algunas de las denuncias que han realizado las usuarias en Facebook.
Alejandra Soto aseguró que intentaron abusar de ella «me amenazó, me manoseo pero le pegué con mi mochila, los comerciantes no hicieron nada», puso en el post original.
—No hay casos similares al de María Ángela: Fiscalía CDMX
Transitar por el paradero de Indios Verdes ya genera miedo e incertidumbre entre muchas mujeres, ya que sienten que pueden ser víctimas de algún delito.
Sin embargo, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX), a raíz del reciente caso de María Ángela, descartó que tengan más casos similares.
«El Ministerio público no tiene documentado ningún caso similar en esa zona y no se cuenta con registro de ilícitos relacionados con la ausencia de niñas, mujeres o adolescentes en inmediaciones del Centro de Transferencia Modal de Indios Verdes o zonas de convergencia», dijo en conferencia de prensa por el caso de la joven de 16 años.
Además pidió que no se haga caso a los rumores sobre una presunta banda que opera en inmediaciones del paradero de Indios Verdes con este supuesto modus operandi.
Antes, EL UNIVERSAL informó hace unos días que como parte de las indagatorias que han realizado los agentes de la Fiscalía se está investigando a un grupo criminal, vinculado a los comerciantes ubicados en los alrededores del Metro quiénes informan sobre las posibles víctimas.
Esta línea de investigación se fortaleció por una serie de entrevistas realizadas por peritos de campo; algunos de los ambulantes ubicados en los alrededores de donde la víctima fue vista por última vez dijeron «desconocer los hechos o no darse cuenta de nada», esto a pesar de que en las cámaras de seguridad de los alrededores de la estación se observa que tenían acceso a cámaras.
El delito de trata de personas la Fiscalía de la CDMX en el año 2019, cuando ocurrió el incidente contra Max, tuvo 180 denuncias, pero durante la pandemia registró una baja, ya que en 2020 se registraron 113 denuncias y en 2021 fueron 74 denuncias.
Para 2022, la Fiscalía capitalina sobre este mismo delito reportó 90 denuncias, cifra menor al informe de Incidencia Delictiva del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública que tiene un registro de 169 denuncias en Ciudad de México.
—Fiscalía asegura que la población se siente segura
En su tercer informe de actividades, Ernestina Godoy, fiscal de la Ciudad de México aseguró que 40.5% de los capitalinos se sienten más seguros.
«La Ciudad de México mejoró la percepción de seguridad, mientras que, en el primer trimestre de 2018, apenas el 7.7 por ciento de la población se sentía segura en esta ciudad, gracias al trabajo coordinado, en el cuarto trimestre de 2022 el 40.5 por ciento de la población manifestó sentirse segura, seguiremos trabajando», dijo la fiscal el pasado 24 de enero.
—Caso de abuso sexual en Voca 8 del IPN
Max, ahora activista, lleva 5 años luchando por justicia tras haber sido víctima de a abuso sexual por parte del velador del Cecyt 8 del IPN.
«Aún no hay una sentencia, me dijeron que por la pandemia y por la falta de recursos no hay forma de avanzar, sigo movilizándome y brindándole acompañamiento a jóvenes para que no siga sucediendo esto.